Erdogan acepta el plan de la ONU para la reunificación de Chipre

Vocación europea, moderación ideológica y, como prueba de todo ello, una actitud constructiva en la cuestión de Chipre. Así se presentó ayer Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro islamista de Turquía, ante el Foro de Davos. Erdogan, que por la mañana se entrevistó con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, subrayó en varias ocasiones su disposición a resolver el problema de la reunificación de la isla mediterránea antes de su entrada en la Unión Europea el próximo 1 de mayo. Se dolió, no obstante, de que su país tenga que esperar hasta el próximo diciembre para saber si la UE le da fecha.

"Turquía está mucho más preparada que otros países que van a entrar en la Unión Europea", manifestó Erdogan ante el plenario del Foro Económico Mundial (WEF), después de hacer una encendida defensa de la vocación europea de los turcos. "Un 70% de la opinión pública respalda nuestra entrada, una tasa bastante más alta que en otros países", aseguró. El primer ministro dejó claro además que sabían cuáles eran los requisitos de armonización y que estaban haciendo sus deberes macroeconómicos.

Más tarde, en una conversación privada con un pequeño grupo de periodistas, Erdogan rechazó identificar a qué países se refería, pero aceptó poner un ejemplo. "Chipre", dijo, "no ha resuelto sus problemas de fronteras internas, por no hablar de otros asuntos, y sin embargo, no sólo no espera una fecha, sino que va a ser miembro a partir del próximo 1 de mayo". Cuando se le recordó que se trataba de la parte griega de la isla, la única reconocida internacionalmente, reiteró lo que ya había anunciado por la mañana a la salida de su entrevista con Annan.

"El objetivo es que sea toda la isla. Su nombre es Chipre. Si no, ¿por qué estamos intentando resolver el problema del Norte?", explicó en referencia a la República de Chipre del Norte, sólo reconocida por Turquía.

Un mediador imparcial

El día anterior, el Consejo Nacional de Seguridad de Ankara decidió apoyar la iniciativa del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para reanudar las conversaciones entre las dos partes de la isla con vistas a la reunificación. La negociación se interrumpió el año pasado a instancias del jefe del Gobierno del Norte, Rauf Dentash.

A la salida de su cita con Annan, Erdogan dijo que había pedido al secretario general de la ONU que nombrara un mediador imparcial para resolver la disputa entre las comunidades turca y griega de Chipre. Sea por la fría respuesta recibida o por la reacción de Kofi Annan (quien dijo que sus buenos oficios seguían disponibles), el dirigente turco aclaró posteriormente a la prensa que se le había malinterpretado. "Nunca he dudado de la independencia de Annan; me refería a la persona que vaya a asistirle para este asunto", manifestó.

Casi dos años después de las elecciones que le llevaron al poder, el primer ministro turco aún se siente obligado a explicar en público la naturaleza moderada de su partido, el "conservador democrático" Justicia y Desarrollo. "Consideramos la religión como un valor social, pero rechazamos su politización", manifestó ante el Foro que se celebra en la ciudad suiza. A diferencia de los presidentes de Irán y Pakistán, dos repúblicas islámicas, Erdogan no inició su alocución con la habitual invocación a Dios.