"El Fòrum quiere ser el punto de encuentro de Davos con Porto Alegre"
Debate sobre el evento del 2004 en el Aula El PAÍS de Barcelona
"El Fòrum no pretende guardar la equidistancia entre Davos y Porto Alegre, sino ser el lugar de encuentro de los dos polos, un ejercicio de diálogo entre opuestos". Lo dijo Jordi Oliveras, director general del Fòrum 2004, en un debate junto a Jaume Pagès, consejero delegado, que tuvo lugar en el Aula EL PAÍS de Barcelona el viernes. El suplemento que se edita hoy con el periódico resume los principales contenidos del evento y los escenarios que ocuparán.
Los organizadores están convencidos de que la convocatoria barcelonesa del 2004 será un éxito. Tanto, que ya piensan más en el nivel de saturación de las nuevas instalaciones, que sitúan en los siete millones de visitas, que en los cinco inicialmente previstos para equilibrar el presupuesto. Las 132.000 entradas vendidas hasta la fecha, sumadas a las 5.000 preinscripciones para asistir a los debates sobre los tres ejes del encuentro -diversidad cultural, sostenibilidad y las condiciones de la paz-, han dado un giro a las previsiones.
El consejero delegado del Fòrum, Jaume Pagés, definió el encuentro en cuatro palabras: "Reto, oportunidad, sueño y compromiso". Reto, porque Barcelona crea un acontecimiento nuevo, diferente a las expos y a los Juegos Olímpicos; oportunidad, por la plena vigencia de los tres ejes discursivos concebidos en 1996, cuando se alumbró la primera idea del encuentro; sueño de alcanzar una participación no sólo masiva, sino de calidad, y compromiso de que el evento tendrá continuidad.
Ante la emergencia de voces críticas con el Fòrum procedentes de algunas asociaciones vecinales y colectivos antiglobalización que esta misma semana han protagonizado un acto al que asistieron más de 600 personas, Oliveras recalcó que "en el Fòrum se ha implicado quien ha querido. Las puertas siguen abiertas a todos. Ahora bien, pedimos respeto para los que sí han querido estar". Algunas de las acusaciones apuntan a que las empresas patrocinadoras constituyen el peor ejemplo de la globalización. "El espíritu del Fòrum es que Nescafé sea uno de los patrocinadores, como efectivamente es, y que acepte que en el recinto sólo se comercialice café procedente del comercio justo", resumió el director general.
Oliveras reconoció que uno de los legados que va a dejar el 2004 "es una carpeta llena de errores. Se han cometido, pero creemos que constituirán un activo para las ciudades que organicen el encuentro en el futuro". Y añadió: "No se nos puede negar que hemos sido honestos. Hemos analizado 967 propuestas de diversas organizaciones que nos han llegado tras el proceso de participación abierto entre junio y octubre de 2002".
Un dato curioso sobre la participación lo ofreció Jaume Pagès cuando señaló que de las 5.000 preinscripciones registradas para asistir a los debates, 4.500 proceden de fuera de España. La cifra máxima que puede acoger la organización en los diálogos es de 65.000 personas. Según explicó el consejero delegado, "el coste de la inscripción a los 44 debates variará entre los 33 euros por asistir un día a los 120 que costarán los que duren más de tres días". Añadió que un 30% de las plazas estarán becadas. Los diálogos podrán seguirse también a través de Internet (www.barcelona2004.org).
Varios de los lectores de EL PAÍS que asistieron al debate se interesaron por las ciudades candidatas a suceder a Barcelona. "Básicamente son tres", explicaron los dos máximos responsables del Fòrum. "Durban, en Suráfrica; Monterrey, en México, y Fukuoka, en Japón. Son ciudades medias ricas y potentes, pero no capitales de estados. Si la heredera fuera una ciudad grande como Nueva York el evento podría fracasar al quedar diluido".
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