Annan advierte de que la guerra contra el terrorismo aumenta la desigualdad
El secretario general de la ONU critica una globalización sin pilares sociales sólidos
Kofi Annan no se mordió los labios ayer en Davos, sino que, convertido en conciencia universal, vino a regañar. En un tono radical alertó de que si el terrorismo puede "exacerbar las diferencias culturales, religiosas y étnicas", la guerra contra el terrorismo "puede agravar esas tensiones" y "aumentar las preocupaciones sobre la protección de los derechos humanos y las libertades". Pero no se quedó ahí, pues, si comprende que los países "más privilegiados" de la ONU estén "actualmente preocupados con el terrorismo y las armas de destrucción masiva", la ONU "debe proteger también a los millones de personas de las amenazas más familiares de la pobreza", que son una amenaza para todos.
Annan también puso en duda la viabilidad de una globalización sin unos pilares sociales sólidos. Hace casi seis años, antes de que reventaran las protestas de Seattle, donde hicieron erupción los movimientos antiglobalización, el secretario general de la ONU vino al Foro Económico Mundial a alertar de que "la globalización sólo aguantaría lo que los pilares sociales en los que reposa", y éstos se han debilitado. "En unos años, el ambiente dominante ha cambiado de una creencia en la casi inevitabilidad de la globalización a una profunda incertidumbre sobre la supervivencia misma de nuestro orden global", dijo. Las inversiones se secan en las partes del mundo pobre que más las necesitan, subrayó Annan, y del fracaso de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio en Cancún los que más sufren son los países en vías de desarrollo.
"Hay que eliminar los subsidios agrícolas" en el Norte, exigió con rotundidad. Y criticó que "la guerra de Irak y otros acontecimientos han desviado nuestra atención" de los objetivos del Milenio fijados por la ONU para 2015. Por ejemplo, el de recortar a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable, lo que requeriría 270.000 nuevas conexiones cada año, algo que ni gobiernos ni ONG pueden lograr, por lo que solicitó el concurso de los empresarios en este Foro Económico.
Annan se presentó como un "emperador sin imperio", según David Held, catedrático de la London School of Economics y uno de los impulsores del concepto de una "socialdemocracia global". En el posterior debate, ya sin Annan, Held consideró que vivimos en un mundo crecientemente interconectado, pero no integrado, "sin valores comunes ni compartidos y sin un compromiso por la justicia social". Y en el que ha habido varios retrocesos en la gobernanza de la globalización: Cancún, el creciente calentamiento de la Tierra, o el retroceso en un orden global basado en reglas. Pero, en la línea crítica, muy aplaudida, Held vino a recordar que 3.000 personas murieron el 11-S, pero que cada día 35.000 mueren de hambre, miseria y pandemias. El Norte ha invertido miles de millones de dólares en la lucha contra el terrorismo, pero muy poco en resolver esos otros problemas, afirmó.
"Todos sabemos lo que hay que hacer", sostuvo en otra sesión la ministra nigeriana de Finanzas, Okonjo-Iweala, y lo que falta es "voluntad política". Pero esto no conmovió a sus interlocutores estadounidenses, especialmente a algún representante del sector neoconservador. Lo más esperado de este Foro es el mensaje que traiga hoy el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney.
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