Cheney exige a los países europeos una mayor implicación en la lucha contra el terrorismo
"América quiere la Europa más fuerte posible", ha reclamado el vicepresidente estadounidense en el foro económico
Haciendo oídos sordos a las palabras del secretario general de la ONU, que ayer advirtió de los riesgos que entraña la guerra contra el terrorismo en el aumento de las desigualdades, el vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, ha urgido hoy desde Davos a los países europeos a que aumenten su esfuerzo militar para hacer frente al terrorismo. En tono enérgico, ha recordado a Europa la necesidad de disponer de sus tropas para desplegarse en lugares del mundo donde surja el conflicto.
Según los analistas, el discurso de Cheney ha tenido un tono conciliador pero remarcando en todo momento las demandas de la Casa Blanca, que quiere que una Europa fuerte y unida secunde su agresiva política exterior.
"Tenemos que hacer frente juntos a estos peligros", ha urgido a los líderes europeos. "La cooperación entre nuestros Gobiernos e instituciones internacionales eficientes son hoy día todavía más importantes que en el pasado",", ha añadido un Cheney firme y desafiante en su esperado discurso ante el Foro Económico Mundial.
"América quiere la Europa más fuerte posible", ha continuado el más poderoso vicepresidente de la historia de EE UU, quien dirigiéndose a los Gobiernos europeos, les ha dicho que una de las prioridades es una más estrecha cooperación y reparto mayor de tareas entre la UE y la OTAN. "Los europeos no deben verse obligados a elegir entre sus vocaciones europea y atlántica", ha matizado.
Bajo estas premisas, Cheney ha pedido a los europeos a unirse a su país en el esfuerzo común para combatir al terrorismo y a los regímenes que lo apoyan y ha dicho que Europa no puede sobrevivir como un enclave de paz rodeado de un mar de fanatismo y odio. Así, el vicepresidente ha abogado por mantener la alianza transatlántica "fuerte y cooperativa en todos los frentes" y, en este punto, ha destacado el papel de aliados europeos como España, el Reino Unido, Polonia e Italia en el envío de tropas a Irak, pero ha agradecido también el esfuerzo de países de otros continentes como Japón, Honduras, la República Dominicana y Nicaragua. Por contra, en alusión a la aspiración sobre todo de París y Berlín de crear una fuerza continental más independiente, Cheney ha criticado sus planes militares al decir que ninguno de nosotros puede permitirse "desperdiciar, duplicar esfuerzos o embarcarse en una competición".
En su discurso también ha habido espacio para Irak. Y como era de esperar, en ningún momento ha admitido crítica alguna a la guerra, cuyo inicio y posterior desarrollo han abierto una agria brecha entre Washington y sus socios europeos: Francia, Alemania y Rusia. Pese a la feroz resistencia con la que se encuentran las tropas norteamericanas día a día, Cheney ha trazado un panorama optimista de los progresos que, según él, se están logrando y, olvidando el caos reinante, ha dicho que los iraquíes se han visto liberados de un régimen tiránico y de terror.
"La debilidad puede traer la tragedia"
"El uso del poderío militar será siempre la decisión más difícil para un dirigente político, pero la debilidad y la vacilación pueden traer como consecuencia la tragedia", ha dicho Cheney en respuesta a una de las preguntas que se le han hecho desde el auditorio tras su discurso. Cheney ha afirmado que "la seguridad no es divisible", y la opción no es entre un mundo unipolar o multipolar", sino que la meta común es un mundo "justo y democrático".
El vicepresidente de EE UU ha negado que la democracia tenga patente norteamericana u occidental, ha dicho que el deseo de democracia es universal y se ha felicitado de que una serie de países islámicos, entre los que ha citado a Marruecos, Jordania, Bahrein, Egipto y Oriente Medio hayan empezado ya a acometer reformas democráticas.
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