El rey Abdalá intenta tender puentes

El rey Abdalá de Jordania aprovechó ayer el Foro de Davos para recordar a Occidente que es necesario pasar de las buenas palabras a "los hechos y la práctica". "La paz, la igualdad y la justicia no son meros objetivos, sino logros fundamentales para el éxito de todas las naciones", declaró el monarca con firmeza.

En una reunión dividida entre quienes piensan que hoy vivimos en un mundo más seguro que antes de la invasión de Irak y quienes creen lo contrario, Abdalá II optó por una posición conciliadora. "Todavía estamos luchando para crear un mundo de seguridad y libertades", afirmó este rey árabe, educado en Occidente y que trata de tender puentes entre ambas culturas.

Abdalá reconoció la necesidad de las reformas económicas en el mundo árabe, pero subrayó que "los remedios económicos por sí solos no darán resultados a menos que vayan acompañados de una renovación política y social". Aun así, las cosas no son fáciles. "En mi región", explicó el rey, "el crecimiento y la estabilidad están embargados por uno de los conflictos centrales que amenazan el mundo: la cuestión palestina".

En su opinión, "la comunidad internacional no puede tolerar esa situación" y propuso que, "además de rechazar el terrorismo, condene también la represión", como primer paso para desbloquear la situación. Más aún, mencionó a Estados Unidos como país que debe liderar esa iniciativa. Ha sido muy comentado entre los participantes en el Foro que el discurso del presidente Bush sobre el estado de la Unión ni siquiera mencionara el asunto.

Preguntado sobre Irak, un vecino largamente problemático, Abdalá mostró el mismo realismo. "Tenemos que estar esperanzados porque las alternativas son inaceptables", respondió con franqueza. No obstante, el ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, trató de disipar más tarde los temores sobre una eventual partición del país o una guerra civil. "Desde el 9 de abril hasta ahora hemos dado pruebas de la madurez política del pueblo iraquí", zanjó.