Yo, Sociedad Anónima
Una sesión del Foro expone que cada persona lleva su vida como una empresa
El narcisismo, como un tema más, ha entrado en los debates de esta edición del Foro Económico Mundial de Davos, en una sesión titulada Yo, S.A. (Me, Inc.), con gente de clase como Jacques Attali o el premio Nobel de la Paz Elie Wiesel, para el cual "cualquier palabra puede dar lugar a un debate serio". En estas salas, en los almuerzos y cenas de los hoteles, se habla de casi todo, además de política nacional e internacional, economía y empresas, o del tercer sector de las ONG o fundaciones. Se habla también de "¿Cómo competir con lo gratuito?", "Érase una fe...", "Poner un precio a lo impredecible", pero también sobre "Si es feliz y lo sabe".
¿Narcisismo? Pero si Davos es "la Olimpiada del narcisismo", comentó el moderador del debate. Pero luego se entró en la sustancia. Yo, S.A. refleja que cada uno lleva ahora su vida como una empresa, lo que implica darle una dimensión económica a todos nuestros actos y gestionar la vida propia como si fuera una cartera de valores, según Attali, verse empujados a hacer algo. O como para una experta, los terroristas son los más narcisistas, absolutamente convencidos de hacer lo correcto, o buscar nuevas razones para proseguir la violencia.
Davos es una feria, pero de personas y cuestiones relevantes. Es a la vez una plataforma de cara al público y un lugar donde hacer unos contactos que tomarían meses y viajes fuera de aquí. Es el networking por excelencia: para muchos el verdadero Davos, el verdadero "Yo Corporativo" al margen de las grandes plenarias. La organización ayuda con un servicio de correo interno que llega hasta las agendas electrónicas que se prestan a cada participante.
Pero políticamente, este año el Foro de Davos está algo de capa caída. Le han quitado un día, reducirlo a cinco jornadas de trabajo. Faltan también más personajes relevantes. Muchos se han caído poco antes de empezar o cuando ya había arrancado: Lula, Kirchner o Bremen, entre otros. El descenso en el número y el nivel de los representantes de los Gobiernos de América Latina es pasmoso. Será que la zona va mucho mejor.
Se ha disuadido de llevar corbata. Pero hay gente que da pena, pues se nota que no saben vestir de manera informal. El recorte en el boato se impuso tras el 11-S cuando hace dos años este Foro se celebró, de forma excepcional, en Nueva York. Ha regresado a este pequeño pueblo alpino, cuyos comerciantes siguen cerrando al mediodía y pronto por la tarde, como si aquí no pasara nada. El pasado 19 de octubre, los residentes de Davos fueron llamados a un referéndum sobre si mantener o no la celebración anual, como en los 33 años anteriores, de este Foro Económico Mundial (cuya vistosa sede está en Ginebra). El 68% del 58% del censo que acudió a votar aprobó la continuidad.
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