Lula destituye a los ministros sociales e integra al centro-derecha en su Gobierno
El presidente brasileño prescinde de varias figuras situadas en el ala izquierda del PT
Tras cinco meses de reflexión y de dudas, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha emprendido la primera reforma de su Gobierno, tanto para dar entrada en su Administración al importante partido de centro-derecha del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) como para resolver el problema de las reformas sociales que no había abordado a fondo. Por el contrario, su gestión de la macroeconomía resultó un gran éxito. Los cambios, por tanto, han tenido lugar básicamente en los ministerios más sociales, dejando prácticamente intactos los económicos.
Lula, visiblemente emocionado, al prescindir de viejos compañeros de lucha, dijo que los nuevos ministros no son mejores que los que salen, pero que la reforma era necesaria para hacer "ajustes políticos". Aunque el equipo económico sigue intacto, los cambios fueron numeroso. Salen del área social del Ejecutivo cuatro personajes simbólicos: José Graziano, ministro del famoso proyecto Hambre Cero, amigo personal de Lula; Benedita da Silva, ministra de Asuntos Sociales, la política negra salida de una favela de Río de Janeiro que había llegado a ser gobernadora del Estado de Río, y que, decepcionada, ha rechazado la Secretaría Nacional de la Mujer; Ricardo Berzoini, ministro de Seguridad Social, compañero en la lucha sindical durante años del presidente Lula, y Cristovam Buarque, ministro de Educación, ex rector de la Universidad de Brasilia y ex gobernador del Estado federado. Buarque es un intelectual independiente, del Partido del Trabajo (PT) de Lula, que había criticado que el PT hubiera llegado al poder sin haber hecho una revisión política y que el Gobierno no estuviera poniendo en el centro de su interés un problema tan importante como el de la educación de calidad para todos.
Lula, que comunicó a Buarque su decisión por teléfono al hallarse el ministro en Lisboa, justificó el relevo por el hecho de que desea hacer una reforma universitaria, y para eso necesita de un ministro "no académico". Para sustituir a Buarque, ha sido nombrado otro personaje clave del PT, Tarso Genro, el mítico ex alcalde de Porto Alegre, que ha dejado la Secretaría de Desarrollo Económico y Social. La hija del nuevo ministro de Educacion, la diputada Luciana, fue hace poco expulsada del PT por su radicalismo.
El PMDB se hace cargo de los ministerios de Seguridad Social, dirigido por el senador Amir Lando, y de Comunicaciones, por el diputado Eunicio Oliveira. El ministro de Ciencias Roberto Amaral, que días atrás presentó su dimisión a Lula, fue sustituido por el joven Eduardo Campos del mismo partido, el PSB (Partido Socialista de Brasil) sin experiencia en el campo cientifico, pero considerado un habil político y buen contador de chistes.
La entrada en el Gobierno del PMDB, el partido que había sido desde los tiempos de la Constitución el adversario político del PT, supone un cambio estructural en la Administración de Lula, que pasa a ser de centro-izquierda y que podría condicionar buena parte de su política, ya que el PMDB cuenta con 77 diputados federales, 23 senadores, seis gobernadores, 1.226 alcaldías, seis millones de afiliados y 15 de simpatizantes.
El PMDB es el partido del ex presidente José Sarney, actual presidente del Senado, hoy aliado fiel de Lula y que durante las elecciones había lanzado al ruedo a su hija Roseana Sarney, ex gobernadora de Maranhao para disputar a Lula la presidencia de la República. Tuvo que retirarse por un presunto escándalo de corrupción de su marido.
Hasta ahora el Gobierno de Lula, era un ejecutivo de izquierdas, con el poder centrado en el PT al que apoyaba un puñado de partidos menores sin gran peso político. En la oposición se quedan el PSDB (el Partido Socialista Democrático de Brasil) del ex presidente Cardoso y el Partido Frente Liberal (PFL) que difícilmente podrán ejercer una oposición homogénea al ser dos partidos en las antipodas, socialista el primero y de derechas el segundo.
Tranquilizar a la Iglesia
El nombramiento del ex alcalde de Belo Horizonte Patrus Ananias como superministro del Desarrollo Social también ha sido una sorpresa de última hora. Ananias es católico, amigo de los obispos y de los religiosos más empeñados en la defensa de los pobres. Lula ha querido tranquilizar a la Iglesia. Otra novedad ha sido que el ministro de la Presidencia, el todopoderoso José Dirceo, ex guerrillero en Cuba, brazo derecho de Lula, tendrá que dividir su poder con el diputado del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) Aldo Rebelo, para el que ha sido creado el nuevo Ministerio de Articulación Política, función que desempeñaba Dirceo, quien se queda sólo con la dirección del Gobierno. Hay quien piensa que Lula ha querido aliviarlo de trabajo para constituirle en una especie de primer ministro, cargo que no existe en Brasil, pero que de hecho ejercía Dirceo, el hombre al que más escucha el Presidente.
Bajo presión de los sindicatos, Ricardo Berzoini fue nombrado ministro de Trabajo. Su antecesor en el cargo, Jaques Wagner, obtuvo la cartera de Desarrollo Economico y Social. En la toma de posesión de los nuevos ministros, Lula dijo que va "a seguir gobernando no sólo con la frialdad de los números y la razón, sino sobretodo con el corazón".
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