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Radicales chiíes piden en Bagdad que EE UU ejecute a Sadam

Jorge Marirrodriga

Más de 5.000 radicales chiíes exigieron ayer por las calles de Bagdad que se clasifique a Sadam Husein como criminal de guerra para que pueda ser ejecutado. Los seguidores del clérigo extremista Muqtada al Sader tomaron el centro de la ciudad pidiendo la horca para el ex dictador, a la vez que lanzaban abiertas amenazas contra los kurdos con gritos en contra del federalismo que éstos pretenden como forma de organización del futuro Estado iraquí.

"Hay que tratar a Sadam como un criminal de guerra, de lo contrario va a haber sangre", tronaban desde los altavoces instalados a lo largo de la marcha los lemas que la multitud, perfectamente organizada, coreaba. La marcha estaba formada por los seguidores de Muqtada al Sader, cuyo padre, uno de los principales líderes religiosos del chiísmo y dos de sus hermanos fueron asesinados en 1999 por Sadam. Muqtada, que todavía no tiene 40 años, ha aprovechado el prestigio de su progenitor para abrirse paso entre la constelación de religiosos chiíes con seguidores en Irak. Preside un movimiento caracterizado por su radicalismo que no condena los ataques mortales contra los soldados de EE UU y que emplea el tono amenazante contra sus rivales, chiíes incluidos.

Además posee una milicia armada, el Ejército del Mesías, que ayer se encargaba de organizar la seguridad de la marcha. Sus miembros portan una cinta verde en la cabeza y no es infrecuente ver entre sus filas a algunos miembros vestidos con una camisola larga blanca, que significa que su portador está dispuesto a inmolarse. En un comunicado distribuido durante la protesta los seguidores de Al Sader culpan a EE UU de la frustración que les causa que Sadam haya sido calificado como "prisionero de guerra" y no como "criminal".

Contra el federalismo

"No al federalismo, sí a la unidad de los iraquíes", clamaban en otras ocasiones los seguidores del clérigo chií, en referencia a las pretensión kurda de convertir el Kurdistán en un Estado federado. "Durante los años cuarenta ya perdimos una parte importante de nuestro territorio que le fue regalada a los iraníes. Noestamos dispuestos a hacer ahora lo mismo con los kurdos", destacó el jeque Omar al Habin. Numerosas banderas iraquíes con el "Alá es Grande" intercalado entre las estrellas ondeaban en la marcha, donde también estaba presente la obsesión antiisraelí: "Si se hace una federación, el sueño de un Israel desde el Tigris al Éufrates se habrá cumplido", rezaba una pancarta.

En la ciudad santa de Kerbala también se produjeron manifestaciones, esta vez en demanda de la celebración de elecciones generales antes del traspaso de poderes al Gobierno iraquí.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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