_
_
_
_

Demasiadas dudas sobre la hepatitis C

Los infectados por el virus se enfrentan todavía a una enorme incertidumbre sobre su salud

Los 170 millones de personas infectadas en todo el mundo por el virus de la hepatitis C viven en la incertidumbre. La progresión de la infección es enormemente variable e impredecible. La probabilidad de desarrollar cirrosis en un plazo de 30 años varía del 13% al 46% en hombres y del 1% al 29% en mujeres, según un estudio publicado recientemente en The Journal of the American Medical Association por el equipo de Joshua A. Salomón del Centro Harvard para Estudios de Población y del Desarrollo.

El ritmo de contagios ha caído espectacularmente en los países desarrollados desde que se descubrió en 1988 y los bancos de sangre comenzaron poco después a hacer análisis para detectar el virus en la sangre donada. Pero -y no es un pero pequeño- el número de muertes anuales seguirá creciendo, a no ser que se descubran nuevos tratamientos que eliminen el virus o al menos mantengan sus complicaciones indefinidamente bajo control. Se están estudiando varios de esos tratamientos y los expertos esperan que funcionen tan bien como los que han mejorado radicalmente el control de las infecciones por VIH. Si las promesas iniciales se mantienen en los ensayos clínicos, la mayoría de las infecciones por hepatitis C podrán curarse o volverse prácticamente inofensivas.

Con o sin tratamiento, los infectados deberían tomar medidas para proteger su hígado
Con los nuevos tratamientos, la curación alcanza al 60% de los pacientes
Algunos contagiados eliminan el virus antes de que se desarrolle una hepatitis crónica
Más información
En España hay 800.000 afectados
Retrato genético de la infección

Pero, mientras tanto, las actuales terapias son largas, caras y pueden causar molestísimos efectos secundarios. Además, sólo funcionan en poco más de la mitad de los pacientes. Los expertos han aprendido lo suficiente sobre el virus y sobre cómo se transmite como para alertar a la población de riesgo de que deben realizarse análisis para detectarlo, tomar medidas para evitar complicaciones y prevenir la transmisión a otros.

No todos los infectados enferman. Algunos parecen eliminar el virus, de forma que nunca llega a desarrollarse una infección crónica. Otros que se mantienen crónicamente infectados pueden mantenerse libres de síntomas indefinidamente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, como sucede con el VIH, el virus puede mantenerse en el organismo durante mucho tiempo -incluso décadas- antes de que se manifiesten los síntomas de daño hepático. Las consecuencias más graves son cirrosis severa, fibrosis hepática, insuficiencia hepática y cáncer hepático, todo lo cual ha convertido la hepatitis C en la principal causa de trasplante de hígado. Los síntomas, cuando aparecen, son normalmente ligeros, intermitentes y fácilmente atribuibles a otras causas. Pueden incluir fatiga, náuseas, falta de apetito, dolores musculares y articulares y ligera incomodidad o sensibilidad en la parte superior derecha del abdomen. Quienes desarrollan cirrosis o enfermedad hepática grave pueden, además de quejarse de dichos síntomas, experimentar pérdida de peso, picor, orina oscura, retención de líquidos e hinchazón abdominal.

No se ha descubierto una vacuna contra el virus y no existen perspectivas prometedoras de encontrar alguna, porque hay al menos seis tipos genéticos principales y más de 50 subtipos del virus. La posibilidad de hallar una vacuna depende de que se encuentre una parte desprotegida del virus que se mantenga estable mientras muta su membrana proteica. El principal objetivo del tratamiento es erradicar el virus para evitar una enfermedad hepática progresiva.

Se han desarrollado dos tratamientos principales. Uno es el interferón, normalmente interferón pegilado de efecto retardado que se inyecta una vez a la semana; el otro, un fármaco antiviral llamado ribavirina, que se administra por vía oral. La terapia es más eficaz cuando estos tratamientos se usan simultáneamente. Pero cada uno de ellos puede causar graves problemas a ciertos pacientes.

Los efectos secundarios pueden resultar muy duros, al menos al comienzo. Pero remiten con el tiempo y desaparecen cuando se pone fin al tratamiento. Los pacientes informan de que normalmente los fármacos les producen síntomas similares a los de la gripe. Pueden trastornar gravemente el sueño y producen cambios en la respuesta sexual y de personalidad. Los pacientes tienden a volverse irritables, olvidadizos y deprimidos, y pueden perder mucho peso. Incluso cuando el tratamiento parezca haber eliminado el virus, a veces éste puede rebrotar, exigiendo la repetición del tratamiento.

Si bien algunos expertos recomiendan que se trate a toda persona aquejada de infección crónica de hepatitis C, otros sugieren que cada paciente, consultando con los médicos, debe sopesar cuidadosamente la probabilidad de que la enfermedad avance y los beneficios y riesgos del tratamiento, así como su considerable precio.

Jordi Bruix, del Hospital Clínico, ha participado en la identificación de los marcadores de la hepatitis C.
Jordi Bruix, del Hospital Clínico, ha participado en la identificación de los marcadores de la hepatitis C.CARLES RIBAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_