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France Télécom recorta 14.500 empleos, el 7% de su plantilla mundial

La decisión de la sociedad, que inicia el trasvase de funcionarios, no afecta a su filial Uni2

France Télécom suprimirá este año 14.500 empleos, el 7% de su fuerza de trabajo, que se añaden a los 13.100 puestos recortados por el grupo de telecomunicaciones durante el año precedente. Todo ello supera el programa de reducción de empleos para tres años, que fue fijado en 22.000 a finales de 2002, tras el nombramiento de Thierry Breton como presidente. Además, la operadora acelerará el trasvase de empleados a la Administración pública. Los cerca de 1.300 trabajadores de la filial Uni2 en España no se verán afectados por la medida.

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La fuerza de trabajo de la operadora suma hoy 217.000 trabajadores y espera quedarse con 202.500 al final del año. El grueso de las supresiones afecta a Francia, donde se desprendió el año pasado de 7.700 personas y prescindirá este año de otras 8.800. La reducción global se acompaña de propósitos de contratación para investigación e informática, hasta un máximo de 1.400. Fuera de Francia, la mayor pérdida de empleo se producirá en la compañía polaca TPSA, filial de France Télécom.

En cambio, las supresiones de empleo no tendrán ningún efecto en España, donde los cerca de 1.300 trabajadores de la operadora de telefonía fija Uni2 mantendrán sus puestos.

Prejubilaciones y retiros

La mayor parte de las reducciones se hacen a través de jubilaciones y prejubilaciones, pero otra parte consiste en trasvasar funcionarios al Estado. El drenaje de personal hacia las administraciones públicas recuerda que algo más de 100.000 empleados del grupo en Francia conservan el estatuto de funcionarios. De ellos, 710 pasaron voluntariamente al Estado o a entidades locales el año pasado y se espera que lo hagan más de 2.000 en el actual ejercicio, previo compromiso de que la compañía les completará el sueldo si cobran menos en el puesto estatal.

France Télécom todavía es un grupo semipúblico, controlado por el Estado al 54% y en que la transición hacia servicios plenamente estatales ha sido negociada con los sindicatos. No obstante, las reducciones de empleo anunciadas ayer fueron saludadas como "una catástrofe social" por parte de portavoces sindicales, que no ven dónde van a poder acomodarse los funcionarios que salgan del grupo. La mayoría de los portavoces sindicales creen que se pretende abordar la privatización y, para ello, un recorte de empleo incrementará el valor de la acción.

A principios de año se promulgó la ley que elimina los obstáculos para privatizar el grupo de telecomunicaciones. Esa norma acaba con el monopolio de France Télécom sobre el servicio público y abre a la competencia los servicios de telefonía fija a un precio abordable, lo mismo que la confección de anuarios, los servicios de información o las cabinas de teléfonos públicos. La izquierda parlamentaria votó en contra de tales medidas, arrepentida de las iniciativas tomadas en 1997 y 1998, cuando las primeras acciones de France Télécom salieron a Bolsa bajo el Gobierno de Lionel Jospin.

Privatización a la vista

El actual ministro de Economía, Francis Mer, dijo durante el debate parlamentario que la privatización "no es para mañana" y dio a entender que se pretende proceder al intercambio de acciones con otros grupos industriales. Mientras tanto, France Télécom concentra sus inversiones en el terreno de la investigación y el desarrollo, principalmente para incrementar la velocidad de las comunicaciones y ofrecer televisión con la tecnología ADSL. Para este año espera lanzar el sistema de telefonía móvil de tercera generación (conocido con las siglas UMTS) en Francia.

La reducción de personal forma parte del plan emprendido para enderezar un grupo de telecomunicaciones lastrado por un endeudamiento récord de 69.700 millones a la altura de 2002, que obligó al golpe de timón. La nueva dirección, apoyada por el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, recurrió a una ampliación de capital, también histórica, de 15.000 millones de euros destinada a reducir deuda.

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