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Reportaje:MARIA JOSÉ JORDÁ GARCÍA | Titulada en Ingeniería Industrial | Apuntes | UN PASO POR DELANTE

"Me atraía el estudio de la energía"

El Credit Suisse ficha a una alicantina como responsable de la seguridad informática tras su paso por el CERN

Apenas levantaba un metro del suelo y ya apuntaba maneras. Con una media de sobresaliente desde su escolarización, María José Jordá (Alicante, 1975) vio recompensado su esfuerzo con el Premio Extraordinario de Bachillerato en 1992, distinción obtenida entre 500 estudiantes seleccionados de la provincia de Alicante con los mejores expedientes académicos.

Pero su habilidad con los números quedó acreditada en la Olimpiada Matemática, concurso supervisado por la Real Sociedad Matemática Española y dirigido a los estudiantes de bachillerato. Ese mismo año, María José logró ser la segunda clasificada.

Su formidable currículo le daba una acreditación infalible para estudiar cualquiera de las licenciaturas. Pero su opción ya estaba más que decidida: Ingeniería Industrial.

Fascinada por la investigación empírica y su querencia por el estudio de las energías, le empujaron a la rama de la electrónica y automática de sistemas. La Politécnica de Valencia fue su destino durante los siguientes cinco años. "Desde siempre me llamó la atención Industriales, en tanto que se trata de una carrera multidisciplinar", apunta. Arquitectura, informática, energía nuclear e ingeniería térmica son algunas de las ramas que aborda esta disciplina.

Pero fue un compañero de carrera quien marcó definitivamente el futuro profesional de esta mujer. Apenas cursaba el último año de carrera, cuando un estudiante le informó de la posibilidad de realizar el proyecto de fin de carrera en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), en Ginebra. El fin último de este centro es encontrar el origen de la materia y, por ende, del universo.

Sin tiempo de hacerse a la idea, resultó seleccionada para poner su particular grano de arena a este inmenso proyecto. Lo que comenzó como una marcha provisional, se convirtió en su destino final; al menos, hasta la fecha. María José pasó a engrosar la plantilla del departamento de electrónica de potencia de la institución científica. Su trabajo, consistente en el diseño de un generador de potencia para extraer partículas, era supervisado, a la par, por su director de proyecto y por el responsable del área del CERN.

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Concluyó su trabajo y su etapa como technical student, -estudiante en prácticas- en 1999. Sin embargo, su aportación no pasó inadvertida a sus superiores, quienes le ofrecieron continuar tres años más con un contrato laboral en el centro. "Me pareció una excelente idea y una gran oportunidad para seguir conociendo un país cosmopolita como éste", explica.

Pero la oferta se alejaba de su especialidad y, a partir de entonces, se introdujo en la rama de la informática. Tres años más en Ginebra fueron suficientes. María José consideró agotado su período en la investigación pública y decidió marcharse a la empresa privada, pero sin abandonar el país que le vio crecer profesionalmente. "Tenía curiosidad por conocer el funcionamiento del sector privado", apunta.

Su estancia en este país multilingüe ha sido para ella una excepcional escuela de idiomas. Hoy, su perfecto dominio del inglés y del francés han facilitado su estancia en Suiza. "Pese a su gélido clima, es un país muy hospitalario", subraya. En octubre de 2003, el Credit Suisse, uno de los bancos con mayor depósito del mundo, con sede en Zúrich, la fichó para controlar su seguridad informática. Un año y cuatro meses después ya es la responsable del departamento.

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