El médico de las grandes emergencias
Guido Bertolaso cuenta con 1.200.000 voluntarios en la Protección Civil italiana
El hombre de las grandes emergencias en Italia es un médico de 53 años, casado, con dos hijos y un sueño para el futuro: "Volver a África a curar niños". Pero, entretanto, Guido Bertolaso debe ocuparse de combatir desastres. De todos los que cabe pensar en un país "de altísimo riesgo, sea por las características del suelo o por las devastaciones urbanísticas", como el profesional italiano dice.
Y no se equivoca, como prueba la antología de calamidades a la que ha tenido que hacer frente en el último año la Protección Civil en Italia: de la erupción del Etna al terremoto de Molise (octubre, 2002); de las inundaciones del norte (noviembre, 2002) a los incendios forestales en el sur (verano, 2003); hasta el gran apagón del pasado 28 de septiembre.
Con una simple orden puede bloquear líneas de tren y autopistas o cerrar aeropuertos
Bertolaso es uno de los hombres más poderosos de la Italia de Silvio Berlusconi, pese a una historia que no tiene nada que ver con la derecha y un pasado en la cooperación internacional que le convirtió en 1993 en vicedirector ejecutivo de la Unici. "Me considero un servidor del Estado. He trabajado para Giulio Andreotti en el Ministerio de Exteriores y he cumplido misiones para jefes de Gobierno de centro-izquierda como Romano Prodi, Massimo d'Alema y Giuliano d'Amato. Y la política no ha condicionado nunca mis decisiones".
Su nombramiento como máximo responsable de Protección Civil se produce mediado 2001. Y no fue indoloro. El Gobierno de centro-izquierda quería reformar el servicio creando una agencia independiente. El proyecto se vio fuertemente hostigado por Berlusconi, que le dio la vuelta a la tortilla, al llegar al poder, para fundar un departamento dentro del propio Gobierno, dotado de grandes competencias. "Acepté el encargo porque creo en la fórmula. La agencia, que sólo habría tenido como ocupación propia la prevención de los incendios, habría encontrado enormes dificultades para intervenir en otro tipo de emergencias. En Italia sólo hay una forma de actuar rápidamente cuando hace falta: con vinculación directa con el jefe de Gobierno. Tanto la Guardia Forestal como la de Finanzas dependen de ministerios distintos, y para coordinar su acción hay que obrar desde lo más alto".
Guido Bertolaso dirige un equipo de 450 personas, pero eso es sólo una apariencia en un país en el que la Protección Civil permea todo el territorio. Por ello, puede poner a sus órdenes a 38.000 guardias antiincendios, 8.190 guardias forestales, miles de agentes de Finanzas que cubren las zonas alpinas y combaten la inmigración clandestina, más 1.200.000 voluntarios. Cuenta con 13 aviones de transporte Canadair y seis helicópteros S64. Pero este último verano ha podido también echar mano de diversos cuerpos de intervención civil y militar del Estado.
Su cuartel general se halla en la vía Ulpiano de Roma, con una sala de operaciones en un quinto piso, en la que trabajan las 24 horas del día meteorólogos, sismólogos y vulcanólogos. El teléfono rojo garantiza un contacto permanente con el Viminale, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, las prefecturas provinciales, el mando de carabineros y de los agentes antiincendios. En la Emercom, como se llama esa dependencia, puede convocar a ministros y altos funcionarios.
Todo un ejército a disposición de un solo hombre, que con una simple orden puede cerrar aeropuertos, tomar nuevo personal a su cargo, bloquear líneas de tren y autopistas. La Protección Civil es un conjunto de competencias y poderes diseminados por toda Italia, pero gobernado desde un único puesto de mando. Las regiones no han dejado por ello de lamentarse. "Es cierto que este planteamiento", añade Bertolaso, "las penaliza un poco, pero estamos tratando, con paciencia, de hallar en cada caso el justo medio".
Ese equilibrio sólo puede encontrarse en la jefatura y Bertolaso la encarna con gran eficacia. Detesta la burocracia y basa su toma de decisiones en una atención casi obsesiva hacia los detalles. Siempre está en su puesto, y cuando se desencadena una emergencia, de agua, fuego o tierra, llega en helicóptero desde donde haga falta. "Soy un médico consciente de de que un parto malogrado es mucho más noticia que 10 intervenciones afortunadas a corazón abierto. Por eso creo tanto en cuidar los detalles".
Detalles que llaman la atención fuera de Italia, porque la Protección Civil ha sido solicitado desde el extranjero. Estuvo en Praga cuando las inundaciones del verano de 2002, en Argelia para el terremoto de mayo pasado, en Francia, Portugal y Eslovenia, por los incendios de este último verano. "No quisiera parecer inmodesto, pero Europa nos reconoce una competencia de primerísima magnitud. Y para un país no siempre bien tratado como el nuestro, eso vale lo suyo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.