Miles de niñas salvadoreñas trabajan como esclavas en casas
"Domésticas urgen con o sin experiencia de 12 a 40 años en San Salvador". Con anuncios por palabras como éste, publicado el pasado febrero en El Diario de Hoy de San Salvador, se reclutan a las cerca de 21.000 niñas salvadoreñas que trabajan como empleadas de hogar, la mayoría de ellas sometidas a condiciones de esclavitud y frecuentes víctimas de malos tratos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Sabemos que cientos de ellos experimentan una explotación muy clara. Algunos están en una situación similar a la esclavitud", señala Benjamin Smith, asesor técnico de la OIT a la organización de derechos humanos con sede en Washington, Human Rights Watch (HRW), que emitió esta semana las conclusiones de una investigación llevada a cabo en El Salvador en 2003.
El maltrato a estas jóvenes trabajadoras es corriente en estos empleos. Más del 60% de las niñas encuestadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aseguraron haber sufrido abusos sexuales u otro tipo de maltrato físico o psicológico. "He visto varios casos de patrones y sus hijos que abusan sexualmente de las trabajadoras domésticas, entre ellos casos en las que trabajadoras se quedaron embarazadas y entonces las familias las echan", dice la OIT. Casi la mitad de estas trabajadoras cobran una media de 45,7 dólares mensuales, siendo el salario mínimo estipulado por el Gobierno para este grupo de trabajadores de 144 dólares al mes.
Los testimonios no dejan lugar a dudas. Eva, de 16 años, trabajaba durante 15 horas en casa de una familia. Durante cuatro meses ni siquiera cobró por sus servicios. "Cuando tenía 10 años me fui a trabajar a la primera casa. Lavaba los platos, hacía las camas. Dormía allí. Esto era en San Salvador. No me pagaron porque se fueron a vivir a casa de su madre y no me dieron la dirección. Trabajé cuatro meses sin cobrar. De seis de la mañana a nueve de la noche".
"Un descanso al mes"
Las condiciones de trabajo son propias de otro siglo. "No hay descanso para mí. Puedo sentarme, pero tengo que estar haciendo algo. Tengo un día de descanso al mes", se lamenta Flor N., de 17 años, que empieza su jornada a las cuatro y media de la mañana, trabaja 13 horas al día y acude a la escuela por la noche. Por ese trabajo cobra 26 dólares al mes y, como muchos otros niños del país, utiliza la mayor parte de su salario para pagarse la matrícula y el material escolar.
Las autoridades salvadoreñas minimizan el problema. "Realmente el trabajo de menores en el servicio doméstico es muy poco. Pocas menores trabajan de domésticas. Muy pocas", indicó el ex director general de Trabajo, Víctor Orlando Orellana a HRW. Los datos no coinciden con las declaraciones de Orellana. Casi un 25% de las trabajadoras encuestadas en 2002 por el Programa Internacional para la erradicación del trabajo infantil de la OIT empezaron a trabajar entre los 9 y los 11 años. Y más del 60%, antes de los 15.
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