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Cuba impone nuevas medidas restrictivas para acceder a Internet

Los cubanos no podrán entrar en la Red sin autorización oficial

Conectarse a Internet desde Cuba ha sido siempre un dolor de cabeza para los cubanos de a pie, al tiempo que una ilegalidad semitolerada. Pero a partir de ahora, a los ciudadanos no respaldados por un organismo oficial para acceder al ciberespacio -la mayoría- no les bastará con ingeniárselas para comprar una contraseña clandestina en el boyante mercado negro informático que existe desde hace años en La Habana.

Según una nueva resolución que entrará en vigor la próxima semana, el acceso al principal servidor de Internet desde teléfonos contratados en pesos cubanos queda prohibida, salvo autorización expresa de las autoridades.

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De aplicarse a rajatabla la medida, afectará a decenas de miles de cubanos que hasta ahora se conectaban a Internet desde sus domicilios particulares utilizando claves de acceso vendidas por hackers criollos, que las robaban de organismos estatales o de cuentas privadas de clientes extranjeros. Según fuentes oficiales, en Cuba, con una población de 11 millones de habitantes, hay 480.000 cuentas de correo electrónico y 98.000 usuarios de Internet. Cálculos extraoficiales cifran en unas 40.000 las personas, fundamentalmente en La Habana, que acceden a la Red burlando las prohibiciones oficiales.

Desde el mismo instante en que la isla se enganchó a Internet, hace una década, las autoridades restringieron su uso, disponiendo una serie de medidas estrictas para que la información obtenida del ciberespacio estuviera "en correspondencia con la ética revolucionaria" y no "afectase a la seguridad del país". Entre ellas, imponer filtros informáticos a determinadas páginas de la web consideradas "contrarrevolucionarias", como la revista digital Encuentros en la

Red, y sobre todo limitar el acceso a personas e instituciones autorizadas por una comisión gubernamental de alto nivel.

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Desde entonces, el uso de Internet está restringido a organismos del Estado, instituciones especialmente aprobadas, universidades, centros científicos y de investigación, el sector diplomático, empresarios y periodistas extranjeros, más algunos particulares con respaldo oficial por considerarse la actividad que realizan "de especial relevancia para la vida y el desarrollo del país". En el caso de las instituciones estatales, sólo determinado personal, previamente autorizado, puede navegar por Internet. Numerosos médicos, científicos, intelectuales y artistas con ordenadores propios tienen derecho a usar el correo electrónico y a conectarse desde su casa a una red local, llamada Intranet, que da acceso a determinadas páginas y direcciones web cubanas -y que ya el humor criollo ha bautizado como "Infranet"-.

Debido a las numerosas restricciones y a la imposibilidad de que los ciudadanos contraten cuentas privadas de Internet, en los últimos años ha florecido una bolsa negra informática, en la que se venden cuentas y claves de acceso

a un precio que oscila entre los 23 y los 31 euros. La mayoría de los que poseían estas claves se conectaban desde su casa por teléfonos pagados en moneda nacional.

El Ministerio de la Informática y las Comunicaciones ha argüido en un comunicado razones económicas y de orden, no políticas ni ideológicas, para justificar la nueva restricción: "Resulta procedente regular el acceso conmutado al servicio de navegación por Internet, adoptando medidas que contribuyan a proporcionar protección contra la sustracción de contraseñas, las degradaciones intencionales y el uso fraudulento y no autorizado de este servicio".

Esta versión oficial no ha satisfecho ni dentro ni fuera de Cuba. Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) ya han puesto el grito en el cielo, denunciado que las nuevas restricciones son "otro intento más de cortar el acceso de los cubanos a opiniones alternativas y a un espacio donde debatirlas". "Esta medida (...) proporciona a las autoridades otro mecanismo para reprimir la disidencia y castigar a quienes discrepan", afirma un comunicado de AI difundido el miércoles.

El malestar creado entre los internautas ilegales en La Habana por la medida no se ha hecho esperar. Y al parecer ha influido en la decisión de la empresa telefónica Etecsa de postergar su aplicación, que debiera haber comenzado el 10 de enero, hasta el próximo día 24. Etecsa, única en el país, informó de que comprando una tarjeta en dólares se podrá acceder al número telefónico de conexión a Internet desde el domicilio.

En Cuba, los ciudadanos no pueden comprar ordenadores, ni impresoras, ni fax, ni importarlos, si no poseen autorización oficial. Según datos del Ministerio de Informática, en el país funcionan 270.000 ordenadores, el 65% de ellos conectados a la Red, de los cuales 46.000 están en universidades y centros educacionales.

Un hombre y una mujer pasan por delante de un puesto de Internet reservado para los turistas en La Habana.
Un hombre y una mujer pasan por delante de un puesto de Internet reservado para los turistas en La Habana.AP

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