Ibarra retira su propuesta contra los nacionalistas tras pedírselo Zapatero

El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, anunció ayer que renuncia a presentar en la Conferencia Política del PSOE su propuesta para excluir del Congreso de los Diputados a los nacionalistas, mediante un límite mínimo del 5% de los votos en el conjunto de España. El secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, le había telefoneado para hacerle saber que no compartía su opinión.

"Estoy equivocado", comentó Rodríguez Ibarra. "Cuando todo el mundo considera que los nacionalistas juegan un papel muy importante en España, es que estoy equivocado". Y añadió: "Creía que el nacionalismo era un problema, y a partir de aquí no pienso escuchar ninguna imbecilidad sobre los problemas del nacionalismo en España, porque a todo el que lo diga le responderé: usted es un hipócrita".

El secretario general del PSOE y el presidente de la Junta de Extremadura hablaron ayer tres veces por teléfono. Rodríguez Zapatero le llamó para decirle que no comparte su propuesta y que se opondría a ella en la Conferencia política. Luego, Ibarra devolvió el telefonazo para informar al secretario general de que la retiraba en atención a su persona. Zapatero le llamó luego de nuevo para agradecerle el gesto. "Aunque Juan Carlos tiene normalmente ideas interesantes y positivas, esta no la comparto", declaró el líder del PSOE tras entrevistarse en Madrid con el secretario general de CC OO, José María Fidalgo.

El político socialista ha lanzado la misma idea en varias ocasiones, la primera, en octubre de 1997, tras el avance del BNG en Galicia. Ayer ironizó al asegurar que está encantado de que "todos aquellos que cínicamente han echado pestes y babas por la boca respecto a los nacionalistas, hoy se constituyan en los máximos defensores de los nacionalistas", aunque se declaró dolido por el hecho de que su propuesta haya levantado "más insultos y descalificaciones que el plan Ibarretxe y, en concreto, a causa de dos reacciones que han suscitado sus palabras.

Se quejó de que le "comparen con ETA" y dijo que es una circunstancia "terrible", en alusión a las críticas de Iñaki Anasagasti. El portavoz parlamentario del PNV había dicho que Rodríguez Ibarra coincide con ETA, porque, igual que la organización terrorista, considera que el nacionalismo democrático no tiene nada que hacer en Madrid.

Anasagasti declaró también que el planteamiento del líder de los socialistas extremeños "no es nuevo, en 1935 ya lo hizo Calvo Sotelo sin éxito", y aseguró que "el problema es del PSOE, por integrar en su equipo de notables a Ibarra y Bono", porque si "se contrata mariachis, es lógico que canten rancheras". Para Anasagasti, esta es "la verdadera cara del PSOE, de la España plural, que no existe".

La segunda queja de Rodríguez Ibarra se refiere al secretario general del PSE, Patxi López, "compañero de partido", dijo, "con el que me siento muy identificado y con todos los que están allí, porque veo que sufren y hacen manifestaciones contra el nacionalismo". El presidente de la Junta de Extremadura ironizó: "Yo creí que esto [la propuesta para excluir a los nacionalistas del Congreso] les podría venir bien, pero como no es así, me tranquiliza".

López había dicho que los socialistas vascos están "radicalmente en contra" de la propuesta del presidente de la Junta de Extremadura porque "no sólo va en contra de la idea de la España plural y diversa que defendemos", sino que, "además, excluye a cientos de miles de ciudadanos españoles del proyecto común que es España".

El secretario general del PSE recalcó que lo que plantea el político extremeño "no respeta los derechos de las minorías" y dijo que lo que defienden los socialistas "es justo todo lo contrario, es la España plural y respetuosa con su diversidad", porque "se trata de integrar, no de dividir ni de marginar".

Las críticas también llegaron desde CiU. El líder de la federación nacionalista catalana, Artur Mas, la tachó de "excluyente, autoritaria y nada democrática". En cuanto al número dos, Josep Antoni Duran Lleida , consideró que se trata de una barbaridad y, quizá, de una "bomba de relojería" contra José Luis Rodríguez Zapatero.