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LA POSGUERRA DE IRAK

EE UU construye un gran centro de mando y control en Bagdad

Mil militares trabajarán en la instalación que centralizará toda la información sobre Irak

Jorge Marirrodriga

El Ejército estadounidense construye en un área restringida a las afueras de Bagdad, cerca del aeropuerto, un centro de control de información, donde trabajarán más de mil militares, y desde el que se centralizarán los datos que se reciban desde satélites a unidades sobre el terreno y en EE UU. El centro se encuentra dentro de un palacio de Sadam Husein. En él trabajan a marchas forzadas trabajadores filipinos, coreanos e indios llegados a Irak para este fin.

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En el interior del edificio -para cuyo acceso es necesario superar hasta cuatro controles militares- se apilan materiales llegados desde Malaisia en aviones de carga. En apenas unas semanas deberán estar listas para el funcionamiento casi 900 terminales de trabajo dotadas de fibra óptica y sistemas informáticos y comunicaciones de última generación. Los obreros asiáticos traídos ex profeso a Bagdad han construido también una sala central de control con forma escalonada donde se colocarán pantallas gigantes que recibirán imágenes y datos de todo el país.

El palacio consta de tres pisos. El interior del edificio está completamente recubierto de mármoles, con estancias de cientos de metros cuadrados cerradas por puertas de roble con pomos dorados. Los techos de pasillos y habitaciones se elevan a una altura de cinco metros y cada tanto presentan complicados diseños elaborados en mosaico. Los corredores están iluminados por decenas de lámparas y cada pocos metros figuran escritas en árabe con diferentes estilos las letras S. H., las iniciales del ex dictador iraquí. Sadam mandó construir este palacio y todo el complejo que le rodea durante la década de los noventa, en pleno embargo internacional. De una cúpula central cuelga una gigantesca lámpara de araña de varios cientos de kilos de peso. "No parece que cuando Sadam construyó este palacio pensara mucho en los cortes de luz", señala uno de los trabajadores de origen asiático. El ex presidente iraquí tan sólo estuvo en el palacio en una ocasión.

"50 años en Alemania"

La aviación estadounidense bombardeó el edificio en el mes de marzo del año pasado durante la guerra y los daños producidos en algunos salones están siendo reparados. Según fuentes del interior del aeropuerto bagdadí, el nuevo centro de mando e información de Estados Unidos posiblemente reemplazará en la zona del Golfo Pérsico al actualmente existente en Doha, Qatar. Ninguna de las instalaciones que se están colocando presentan aspecto de provisionalidad, sino más bien lo contrario, y cada vez son más los oficiales y suboficiales estadounidenses que, pidiendo el anonimato, repiten la frase: "En Alemania estuvimos 50 años".

Estos trabajos coinciden con los que se llevan a cabo en pleno centro de Bagdad para convertir uno de los principales palacios de Sadam Husein en la nueva embajada estadounidense en Bagdad y que se convertirá una vez finalizadas las obras en una de las más grandes legaciones diplomáticas de Oriente Próximo.

El palacio, situado en una zona restringida y cercano a la sede de la Autoridad Provisional para Irak presidida por el estadounidense Paul Bremer, estaba coronado hasta hace unas semanas por cuatro cabezas de Sadam Husein de más de cinco metros de altura y varias toneladas de peso cada una. Las estatuas ya han sido retiradas mediante grúas y en el interior se aceleran los trabajos para tener listo el edificio, con la intención de hacer coincidir su inauguración con el pleno traspaso de poderes a las autoridades iraquíes, previsto para el próximo mes de junio.

En los alrededores están situadas las viviendas que hace apenas un año ocupaban los principales generales y colaboradores de Sadam, con vistas al río Tigris y estanques privados y jardines, que ahora son testigos del ajetreo de los vehículos blindados y helicópteros estadounidenses. Las viviendas han sido reconvertidas en oficinas administrativas del Ejército norteamericano. El único edificio de la zona que permanece sin tocar es el palacio del Partido Baaz. Una mole que fue repetidamente bombardeada durante la guerra y cuya recuperación se presenta complicada.

Por otra parte, fuentes de la coalición informaron ayer de que los 36 proyectiles de morteros hallados al sur del país, cerca de Amara, con restos de un componente de gas mostaza descubiertos el sábado por tropas danesas datan de la guerra que enfrentó a Irak con Irán entre 1980 y 1988. Según un portavoz norteamericano, Mark Kimmit, los proyectiles, de 120 milímetros, permanecían envueltos en bolsas de plástico, algunas de ellas abiertas. Los militares daneses creen que podría haber un centenar de proyectiles enterrados.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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