Tiempo de descuento

"Esta universidad no resistiría una prórroga automática", señalaba a finales de año la vicerrectora de Economía de la Universitat de València, Matilde Fernández, a la pregunta de este diario sobre la prórroga del Plan Plurianual de Financiación de las universidades públicas valencianas.

Desde 1995, las cinco universidades públicas valencianas han gozado de un marco financiero estable, elogiado desde otras comunidades autónomas por su carácter pionero, merced de los dos planes cuatrienales puestos en marcha en aquel mismo ejercicio y en 1999. Éste último, vigente hasta el pasado 31 de diciembre, ha concluido sin que se procediera a su revisión, tal como preveía el propio plan, en el segundo semestre de 2003 al objeto de establecer los parámetros para el siguiente periodo. Se entra, pues, en una fase transitoria, de prórroga, a la espera de consensuar un nuevo modelo de financiación.

Un modelo que, tal y como anunciaron tanto el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, como el consejero de Educación, se incluya en la futura Ley General de Universidades Valencianas, "para que no haya que negociarlo cada cierto periodo de tiempo y las universidades puedan prever sus recursos a largo plazo", en palabras de Esteban González Pons.

¿Y mientras tanto? Una prórroga que la Universitat de València no da "por cerrada", según su vicerrectora: "Podríamos aguantar un año, quizá dos, con el actual modelo, pero", subraya Fernández, "aplicando correcciones técnicas". Un ejemplo de correción técnica: "Hay una partida de costes derivados de la normativa estatal y autonómica" que, señala la vicerrectora, deberían ser recogidos en una "interpretación amplia del modelo" que afectaría, por ejemplo, al complemento retributivo autonómico que desde 2003 ha empezado a recibir una parte de los profesores funcionarios. Todas las universidades coinciden en esta reivindicación. "Son aspectos que no decide la universidad y que suponen gastos adicionales e imprevistos", puntualiza Javier Sanz, el vicerrector económico de la Universidad Politécnica. "Si la prórroga del plan supone que en 2004 y 2005 vamos a tener las mismas cantidades que en 2003, no es razonable", subraya Sanz, a quien no le consta que el Consell haya decidido aumentar esa cantidad. Sugiere, además, "una financiación puente" para atender a las necesidades de investigación e inversiones. No es casualidad que tanto la Politécnica como la Universitat de València, las mayores del sistema, hayan prorrogado sus presupuestos para 2004.

La Universidad de Alicante sí ha hecho presupuestos nuevos, pero, según subraya su vicerrector de Asuntos Económicos, Ignacio Jiménez, el estancamiento de la matrícula conduce a que la previsión para 2004 de la subvención ordinaria anual procedente de la Generalitat apenas se altere con respecto a 2003. Esta previsión de ingresos es de 98,4 millones de euros, lo que significa un incremento de sólo el 3,31%, lo que condiciona "decisivamente" la ampliación de los programas de gasto. Ignacio Jiménez considera que la prórroga es "perjudicial" si no se introducen otros criterios de cálculo de la subvención diferentes del número de créditos matriculado. Al no haberse concretado todavía el "ajuste de ciertos parámetros del modelo" que piden las universidades, la "incertidumbre" sobre la estimación del importe de la subvención ordinaria anual que aquéllas recibirán de la Generalitat es general en los equipos gestores universitarios. El vicerrector alicantino recuerda que, en el Plan prorrogado esa subvención representa el 76% de todas las fuentes de financiación de las universidades públicas, si se excluye la financiación ligada al cumplimiento de objetivos.

Para el rector de la Universidad Jaume I, Francisco Toledo, la prórroga no supondrá "ningún problema", siempre y cuando los cambios que se introduzcan en el nuevo modelo de financiación tengan "efectos retroactivos a fecha 1 de enero de 2003". En síntesis, esas mejoras implicarían, por un lado, aumentar la financiación fija por universidades, "porque los gastos no son proporcionales al tamaño", según Toledo que pone como ejemplo lo que han hecho otras comunidades, como Cataluña y Andalucía. Por otro lado, el rector castellonense apuesta por definir "un nuevo concepto de experimentalidad" que incluya, por ejemplo, enseñanzas modernas como las relacionadas con la comunicación audiovisual, así como contemplar una financiación específica para la investigación.

Aunque plantea igualmente modificaciones en el futuro modelo de financiación, la Universidad Miguel Hernández es la única del sistema público que "valora positivamente la prórroga" del extinto plan. Considera que "supondrá la aplicación del modelo de financiación en los mismos términos que el resto de universidades, con la aportación de nuevos recursos que deben ser útiles para aproximarse a la realidad del sistema universitario valenciano en condiciones equitativas".