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Reportaje:LA SEGURIDAD EN LA AVIACIÓN CIVIL

Europa se enfrenta al reto de la seguridad áerea

Las principales compañías debaten la presencia de agentes armados en los vuelos a EE UU

Pablo Ximénez de Sandoval

La decisión de llevar policías armados a bordo de aviones civiles, como ha solicitado Estados Unidos, dependerá en último caso de los Gobiernos de los países donde están basadas las compañías aéreas. Ésa es la primera consideración que hacen cuatro grandes compañías europeas -Iberia, Air France, British Airways y Lufthansa- sobre la petición por parte de Estados Unidos de esta medida extra de seguridad en ciertos vuelos a aquel país.

Desde el 11-S, Air France, British Airways y Lufthansa infiltran entre el pasaje agentes de seguridad especialmente entrenados. Pero por el momento, sólo Air France asegura que, a petición del Gobierno francés, ya vuela con agentes armados en algunos aviones a EE UU.

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La presidencia irlandesa de la UE quiere convocar una reunión esta semana de los responsables de aviación civil europeos para discutir la respuesta a las nuevas medidas, criticadas por muchos expertos en seguridad aérea. Fuera de la UE, la compañía suiza Swiss recordó ayer que lleva policías armados en algunos aviones desde que en 1970 unos terroristas palestinos secuestraron un avión Zúrich-Nueva York. Para Swiss, esto "una rutina" que "no supone ningún problema".

Las exigencias estadounidenses en materia de seguridad han encontrado por ahora total cooperación por parte de las autoridades francesas y de Air France. "Desde el 23 de diciembre, tras conversaciones entre los dos Gobiernos, hay agentes armados en algunos vuelos, a petición del Gobierno francés y de las autoridades americanas", asegura una portavoz de Air France.

"La petición de Estados Unidos de poner air marshalls [policías del aire] en los vuelos es responsabilidad del Gobierno francés", aclara la empresa. El 2 de enero, el ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, expresó su total apoyo la idea de llevar policías armados en los aviones. Por tanto, la compañía de bandera francesa acata la decisión de su país sobre el asunto. "Air France admite la decisión del Gobierno francés", insisten. Desde el 11 de septiembre, la empresa había introducido en algunos vuelos a Estados Unidos agentes de seguridad especialistas en artes marciales.

Air France tuvo que cancelar seis vuelos entre París y Los Ángeles entre el 23 y el 25 de diciembre basándose en sospechas de las autoridades estadounidenses sobre la lista de pasajeros. Las cancelaciones han supuesto a la empresa un millón de euros.

La compañía bandera de Reino Unido, British Airways, aún no ha asumido la petición estadounidense. "No se ha introducido ninguna medida de seguridad adicional en los últimos días", afirma un portavoz de la compañía. Sobre la presencia de agentes armados en los vuelos, "British Airways está de acuerdo con el Gobierno británico en que pueden ser necesarias medidas extras". Sin embargo, esta medida sólo se adoptará "cuando exista la certeza de que no afecta a la seguridad del vuelo o la de los pasajeros".

British Airways optará, como ya ha hecho en la última semana, por dejar los aviones en tierra antes que poner esta medida de seguridad sin un estudio previo. "Si se tiene la más mínima duda sobre la seguridad de la medida, el vuelo se cancela. Cuando se reciba una solicitud de poner agentes armados en un avión se estudiará. Y si hubiera no ya la sospecha, sino la simple preocupación de que esto no sea seguro, se cancelará el vuelo", explica una portavoz. Sin embargo, "no se ha articulado todavía de qué manera se distingue cuándo es un riesgo y cuándo no. Eso debe hacerlo el Departamento de Transportes del Reino Unido".

La empresa ha invertido más de 30 millones de euros en reforzar todas las cabinas de su flota e instalar cámaras de vídeo con las que el piloto puede ver al pasaje desde su sitio. Se hacen revisiones extraordinarias de los pasajeros y el equipaje, y las listas de pasajeros se cotejan con bases de datos propias en las que se guarda cualquier tipo de incidencia.

British Airways confirmó el viernes que está estudiando, junto con los fabricantes Boeing y Airbus, la posibilidad de poner un sistema antimisiles en sus aviones. Se trata de saber si esa tecnología se puede adaptar a aviones comerciales, "pero aún hay muchas preguntas sin responder sobre su viabilidad".

La alemana Lufthansa no ha tomado aún ninguna decisión sobre la polémica. Lufthansa "no ha adoptado ninguna medida [de seguridad] extra" tras el anuncio de EE UU, asegura el director general de la compañía en España y Portugal, Paulo Yoshikawa. "Entiendo que la decisión de tomar o no medidas concretas dependerá directamente de cada compañía aérea y de las autoridades de sus respectivos países".

La compañía alemana introdujo medidas especiales tras el 11 de septiembre. Entre ellas, la de llevar agentes especialmente entrenados en los vuelos, además del reforzamiento de las cabinas y la videovigilancia. Estas modificaciones han costado 33 millones de euros. Todo el personal de Lufthansa pasa una vez al año un estricto control de seguridad. Si alguno de sus empleados no superara el control, "se le prohibirá trabajar en el campo de la aviación". Además, la empresa ha reorganziado las rutas que pasaban por lugares sensibles. Las operaciones de esta empresa no se han visto alteradas desde el anuncio de las nuevas normas de seguridad en EE UU.

En España, Iberia asegura que estudiará "caso por caso" la petición estadounidense. Iberia tiene cinco vuelos diarios desde España a Estados Unidos y otros siete desde Centroamérica. "Con respecto a la posibilidad de llevar policías en vuelos concretos, en cada caso adoptaremos la medida más adecuada en colaboración con las autoridades españolas", asegura la empresa a través de su oficina de prensa.

Es política de la empresa española no dar detalles sobre la seguridad en sus vuelos. "Creemos que comentar públicamente las medidas de seguridad les resta eficacia", afirma un portavoz.

Un policía italiano vigila una entrada del aeropuerto de Fiumicino, en Roma, el pasado día 24.
Un policía italiano vigila una entrada del aeropuerto de Fiumicino, en Roma, el pasado día 24.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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