El gran teórico del derecho
Con Norberto Bobbio (Turín, 1909) se nos va uno de los grandes filósofos y teóricos del derecho del siglo XX. Si bien esta descripción general se ajusta con exactitud a su perfil académico, no hace justicia plena a su extensa obra ni a sus grandes intereses intelectuales. Bobbio es, qué duda cabe, uno de los autores contemporáneos que más han hecho por indagar en la historia del pensamiento jurídico, tanto en su vertiente iusnaturalista como positivista. Ninguna teoría general del derecho sería completa sin incorporar sus incansables reflexiones, que vacían prácticamente cualquiera de sus elementos fundamentales. Desde su cátedra de Filosofía del Derecho de la Universidad de Turín ha ejercido un incansable magisterio en este ámbito, que tendría también una importancia decisiva entre nosotros a través de su influencia sobre la escuela de iusfilósofos como Gregorio Peces-Barba o Elías Díaz, pero no sólo en ellos. No hay filósofo del derecho que más tarde o más temprano no se vea obligado a manejarse con la obra del profesor turinés.
La dimensión intelectual de este personalísimo autor no se agota, sin embargo, en sus magistrales estudios sobre estas materias de filosofía del derecho. Bobbio ha sido también uno de los más sensibles testigos de su tiempo, siempre atento al devenir del cambio histórico, en particular en su repercusión sobre la política. Su experiencia del fascismo y de los conflictos bélicos del siglo XX crearon en él un firme compromiso con la democracia, que en su caso particular es valorada desde su instrumentalidad para proteger los derechos humanos fundamentales. Su preocupación por la política se traduce en sus numerosos escritos sobre historia del pensamiento político, entre los que destacan sus trabajos sobre Hobbes, Marx y Popper, o en algunos memorables libros de teoría política como El futuro de la democracia o Derecha e Izquierda. Su relevante labor publicística y su estatura intelectual le supondrían en 1984 el cargo de senador vitalicio a propuesta del presidente de la República italiana Sandro Pertini.
Como acabamos de decir, Bobbio aborda los problemas de la democracia a partir del reconocimiento de que la tutela de los derechos humanos es el problema fundamental del mundo contemporáneo. La idea de la dignidad humana y su protección sería el signo de progreso moral de la sociedad. Y el nexo entre derechos, democracia y paz, los tres componentes esenciales de un mismo movimiento histórico, están en la base de la convivencia democrática. No como una mera declaración que ilustra y justifica sus prácticas, sino como proyecto de acción efectiva dirigida a promover una democratización creciente. Valores fundamentales de la democracia, como el pluralismo, la libertad y la no violencia, han sido objeto de muchas de sus reflexiones teóricas. También el mismo socialismo democrático, que vela por incorporar la imprescindible dimensión de la igualdad en una sociedad tan a menudo al arrastre de la implacable lógica del capitalismo.
La defensa de la democracia de Bobbio -y esto lo distingue claramente de G. Sartori, el otro gran teórico italiano de esta forma de gobierno- es incompleta sin atender a las consideraciones de justicia social. Como nos recuerda en su libro Derecha e Izquierda, es en el reforzamiento de esta dimensión donde se encuentra el signo inequívoco del discurso político de izquierdas. Y su preocupación por el futuro de la izquierda va pareja a su inquietud por el futuro de la democracia en este nuevo mundo tecnológico. A esta nueva dimensión del cambio social y su efecto sobre la política le prestaría Bobbio una gran atención, aunque nunca pensó que pudiera poner en peligro los logros básicos del sistema de libertades democrático.
Fernando Vallespín es catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid.
Babelia
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