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VISTO / OÍDO
Columna
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El tirano bondadoso

Mohamed VI indulta a muchos: entre ellos, al periodista Lmrabet, por quien llevábamos meses indignados: algunos exaltan ahora la bondad y la generosidad del tirano. Para cumplir el rito fascista, dan el paso obligado: ved como Fidel Castro indulta. He aquí sobre qué disparate vamos construyendo nuestra sociedad mental. Una persona me regaña siempre que me ve porque suelo citar de manera desagradable a Franco: "¡Salvó la vida de tu padre!", me dice, porque le indultó de la pena de muerte que él le había impuesto. Entre los indultados por ese sultán (convertido en rey por decisión de su abuelo Mohamed V, que así hacía democracia) había dos integristas que llevaban en la cárcel 28 años: los devuelve a la vida libre. A lo que les queda, si les queda algo. Ni este rey ni su padre los ejecutaron: una muestra de su gran corazón que, ya se sabe, no tuvo nunca Stalin. Porque si Stalin o Castro indultaron alguna vez, sería por astucia, por juego malévolo, por algún designio maléfico; no como estos reyes, que lo que les pasa es que tienen demasiado corazón.

Una frase equivalente es la que reprocha a los europeos ser desagradecidos con Estados Unidos porque no le secundan en su guerra contra Irak. Todo historiador recuerda que, por dos veces, con los presidentes Wilson y Roosevelt, mandaron a sus soldados a defender la Europa democrática de la Europa nazi; prestaron dólares por el Plan Marshall para que se reconstruyeran de la guerra y ayudaron hasta a los vencidos para que se libraran del comunismo. Y a Franco: aquí vino Eisenhower y le libró de la mala fama que le había dado su fascismo. Pero aquí no somos desagradecidos, y Aznar le paga como puede aquel favor mandando espías y soldados a Irak, y ayudándole contra el terrorismo universal.

Hay personas que no son capaces de meditar así, y que creen que Estados Unidos pasó su gran imperio militar a Europa, después de haber terminado con América Latina; que lo que le importaba era el comunismo -de donde los catorce puntos de Wilson- y la implantación de la colonia cultural que ya somos, sobre todo la agradecida España. El neocapitalismo empezó ahí, y Europa es una ingrata, después de haber abandonado todos sus imperios coloniales, al no contribuir al destrozo del Tercer Mundo. Así vamos separando Gobiernos entre buenos y malos. Según su poderío. Y según seamos nosotros mismos y nuestros intereses.

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