"Las mejores tierras de cultivo no pueden ser objeto de especulación"

Antoni Siurana, de 60 años, ex alcalde de Lleida, es el nuevo consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, un cargo que le permite retomar su vinculación con el mundo agrario puesto que procede de una familia de la localidad de Torres de Segre, una de las plazas fuertes de la fruticultura catalana. Su principal prioridad es devolver la ilusión a un sector poco valorado y que, a su juicio, es la base de un país desarrollado. "El sector agrario no tiene un problema de renta, sino de ilusión. Si queremos un país moderno, no nos podemos permitir una agricultura abandonada. No hay ningún país industrial de primer orden que no cuide su agricultura".

Pregunta. ¿Qué políticas aplicará para que los agricultores no abandonen el campo?

"En Cataluña existe una sobreexplotación urbana en los mejores valles del territorio"

Respuesta. Contratos programa para sectores específicos cuya actividad deberá estar garantizada.

P. ¿Garantizada quiere decir subvencionada?

R. No. Crearemos un espacio mixto entre lo que proporciona el mercado y las ayudas públicas que están en la lógica de la Política Agraria Común (PAC). El mercado por sí solo no siempre permite la viabilidad de los cultivos.

P. ¿En qué consiste la nueva ley de cultivos que ha anunciado?

R. Cataluña tiene un modelo tradicional de relación entre el arrendatario y el cultivador que no puede desnaturalizarse por el peso de una ley estatal. Queremos establecer un contrato justo entre propietarios y arrendadores para que las explotaciones agrarias tengan continuidad.

P. El anuncio de esta ley tiene resonancias republicanas.

R. Queremos una ley innovadora y protectora, pero sin el peso conflictivo de algunos reglamentos de otro tiempo como la ley de remensa o la rabassa morta. Pero el contrato en el campo entre el que cultiva la tierra y el propietario no es un contrato mercantil cualquiera, debe estar sujeto a la continuidad de la explotación. Y esto vale tanto para los cultivos como para los contratos de integración en el caso de las granjas.

P. ¿El canal Segarra-Garrigues es el gran proyecto de la legislatura?

R. Es un gran proyecto. Es una oportunidad excepcional para Cataluña y para toda España. No podemos dejar que la plana de Lleida siga sin abastecimiento de agua. Y, además, el agua no sólo va a la tierra, sino que genera asentamientos urbanos e industriales. Algunos opinan que la producción agraria puede ir dejándose. Sin embargo, hay ejemplos que nos indican lo contrario: ahora está subiendo el precio de los cereales en los mercados internacionales a causa de la escasa oferta. Tendrá un efecto muy negativo sobre los piensos y provocará hambruna en el tercer mundo. En un mercado global, la agricultura es fundamental. De ahí la importancia de este regadío.

P. Muchos regantes se quejan de que han de pagar un canon antes de que puedan empezar a regar. ¿Se negociará con ellos alguna fórmula nueva de financiación?

R. Buscaremos la viabilidad de esta financiación y el momento es favorable por los bajos tipos de interés. Tanto los cánones como las zonas de exclusión de riego están todavía por determinar. Pero si hacemos un canal es para dar productividad a las tierras.

P. ¿Las tierras de regadío serán de libre adquisición o estarán reservadas para los que realmente cultivarán las fincas?

R. Constituiremos un banco de tierras disponible para que las adquieran las unidades de explotación agraria. Tratamos de evitar que las tierras de regadío sean un simple objeto de especulación de gente que no son del campo.

P. CiU se comprometió a tener acabado el canal en 2012.

R. Yo no haré ningún brindis al sol. Pero puede entrar en funcionamiento paulatinamente e ir aprovechando los tramos ya ejecutados.

P. ¿Está en crisis el modelo de producción porcina?

R. No. Nos hemos convertido en un país excedentario en la industria porcina gracias al manejo adecuado de la cabaña. Hemos pasado de ser un país importador nato a ser un país exportador.

P. Sin embargo, de vez en cuando aparecen problemas graves en el sector.

R. A pesar de las crisis que puedan surgir en un momento determinado, nuestra industria porcina ofrece un elevado nivel de calidad. En los productos manufacturados producimos artículos de la más alta calidad incluso europea.

P. Los residuos, especialmente los purines, crecen cada año y su eliminación supone un grave problema ambiental, ¿cuál es la solución?

R. Poner en marcha un efectivo tratamiento de residuos mediante plantas que realmente funcionen. No tendría sentido reducir la producción porcina porque produce muchos residuos y no sabemos tratarlos y, sin embargo, tener que importar abonos de otros países.

P. ¿Cuál será la prioridad de su departamento en los próximos cuatro años?

R. Básicamente diseñar un plan de tierras cultivables y garantizar su continuidad y viabilidad. En este país, las mejores zonas de cultivo están siendo invadidas por los crecimientos urbanísticos. También existe una sobreexplotación urbana en los mejores valles del territorio.

P. ¿Como en la Val d'Aran?

R. Exactamente. Está bien la explotación turística del Pirineo, pero hay que mantener las explotaciones agrarias y ganaderas tradicionales.