EE UU perdona a Islamabad su colaboración nuclear con Libia
Pakistán ha proporcionado material o tecnología nuclear a tres enemigos de EE UU: Irán, Corea del Norte y, según las últimas informaciones, Libia. Aun así, la Casa Blanca está condenada a perdonar esos pecados de Islamabad a cambio de una amistad incómoda, pero de un valor estratégico impagable. EE UU también ha incrementado su participación en la seguridad que rodea al presidente paquistaní, Pervez Musharraf, que ha sobrevivido a dos atentados recientes gracias a la protección estadounidense.
Según The New York Times, EE UU tiene pruebas que sitúan a Pakistán en el remite de los envíos secretos a Libia con tecnologías de fabricación nuclear interceptadas hace algo más de dos meses. Esa cooperación ilegítima entre ambos países cerraba un círculo que empezó a dibujarse hace tres décadas, cuando Libia, determinada a demostrar su enemistad con Occidente, ayudó a financiar con enormes sumas de dinero los programas nucleares que Pakistán comenzaba a poner en marcha y que finalmente convirtieron a este país en potencia nuclear.
Sin embargo, la Casa Blanca dice no tener prueba alguna de que el traslado reciente de tecnología nuclear de Pakistán a Libia se hiciera con el conocimiento de Musharraf. Aunque éste prometió al presidente George W. Bush mantener bajo un control estricto su tecnología nuclear, el cargamento interceptado en octubre por las autoridades italianas parece demostrar o bien su incapacidad para cumplir esa promesa o su juego a dos bandas. EE UU apuesta por lo primero.
Las fuentes oficiales pero anónimas citadas por el Times aseguran que la venta o la cesión de tecnología nuclear puede atribuirse quizá a científicos con afán de riqueza personal o simplemente descontentos con la postura prooccidental de su Gobierno: "Estos tipos", sugiere una fuente, "ya se han convertido en proveedores de nuestros tres peores problemas en proliferación nuclear", en referencia a Irán, Corea del Norte y Libia. La venta de tecnología nuclear a los dos primeros países está documentada desde hace tiempo. Un diplomático occidental llega a decir que los científicos paquistaníes parecen haber montado una especie de supermercado nuclear en el que venden a quien mejor paga: "Estamos hablando de tecnologías para el enriquecimiento de uranio, que son una propiedad intelectual que circula por el mercado negro", dice una fuente del Gobierno de EE UU, que al tiempo exonera a Musharraf sobre su grado de implicación o conocimiento de esas operaciones.
Estados Unidos necesita que Pakistán mantenga una mínima estabilidad política. La colaboración con Washington en la lucha contra Al Qaedapuede desaparecer por completo si hay un relevo en la presidencia. Además, la Casa Blanca no está convencida de que la tecnología y el arsenal nuclear de Pakistán estén sometidos a controles suficientes de seguridad como para evitar pesadillas en el futuro. Por eso, según The Washington Post, EE UU ha empezado a ofrecer protección personal al general. Tecnologías made in USA le han permitido, por ejemplo, salvar la vida en uno de los dos últimos atentados contra él. Un sistema de barrido electrónico impidió la activación a distancia de una bomba preparada para destruir su comitiva presidencial a mediados de diciembre.
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