Una confusa trama de empresas

La firma Ulist, la supuesta titular de la finca de la calle de Robadors, tiene sus oficinas en el mismo barrio del Raval, en la calle de la Luna. En el buzón aparecen tres entidades: Quoty List, Ulist y London Homes, SL. Para mayor confusión en el timbre del 4º 3ª, que es la dirección de Ulist según algunos documentos que han recibido los vecinos, figura el nombre de una cuarta empresa: Flountrade, SL, que es el que se repite en todas y cada una de las puertas del inmueble.

Tal concentración empresarial contrasta con el estado de la escalera, vieja y sucia, en la que ni siquiera están numerados los pisos ni las puertas. Gran parte del inmueble está ocupado por inmigrantes, paquistaníes en su mayoría. Algunos han optado por poner junto a la placa de Flountrade un papelito escrito a mano que reza: "Aquí vive una familia. No son las oficinas".

El letrero está justificado. Al timbrazo en una de las puertas responde un hombre, seguramente paquistaní, con una toalla en la cintura. No entiende, pero señala más arriba. Arriba hay un colchón apoyado en una pared. En la puerta del que parece ser el 4º 3ª responde una joven, también inmigrante, que explica que el responsable de la empresa viene enseguida. Miguel Boluda Vila reconoce ser el responsable de Ulist y niega cualquier intento de echar a los inquilinos de Robadors.

"Aquí, el estafado soy yo", asegura en una oficina cuyo estado no desentona para nada con el del resto de la finca. Pese a las apariencias, Boluda se presenta como un promotor inmobiliario que tiene más de 20 fincas en el Raval. "Ésta es una", asegura. Su versión sobre la situación del edificio de Robadors es que Ulist compró la finca hace cuatro años pero se ha falseado la inscripción registral. Acusa a su hermano Salvador -con quien asegura mantener pleitos judiciales- y a sociedades interpuestas con domicilio social en paraísos fiscales. "Pero todo está en los juzgados, que son muy lentos", sentencia.