Un vecino a la vez extraño y familiar
Con un diámetro de 6.780 kilómetros (la mitad del terrestre) y situado a una vez y media la distancia de nuestro planeta al Sol, Marte es el mundo más parecido a la Tierra, y sin embargo muy diferente, al menos en el momento actual.
El planeta rojo no es un mundo muerto como Mercurio o la Luna, pero tampoco tan activo como la Tierra o Venus, explican los científicos de la NASA. Tiene una atmósfera muy liviana compuesta sobre todo de dióxido de carbono, y la temperatura media en la superficie es de 53 grados centígrados bajo cero, variando entre 128 bajo cero en la noche polar a 27 sobre cero en el ecuador durante la máxima aproximación al Sol.
El paisaje completamente desértico de Marte, desolado, rojizo y con rasgos geográficos imponentes, como el gran volcán Monte Olimpus o el cañón Valle Marineris, es azotado a menudo por colosales tormentas de polvo. Pero tal vez fue más parecido a la Tierra en el pasado.
Los rasgos geográficos y los datos tomados por las sondas indican que allí pudo haber agua en el pasado, mucha agua, y los científicos quieren sabe adónde fue a parar. Hay indicios de que parte puede estar escondida en el subsuelo. Tal vez un gigantesco océano cubrió en otra época el tercio del hemisferio norte, y la nave europea Mars Express va a intentar confirmar o descartar su existencia. Sí parece claro que hay agua helada en el casquete polar Sur, y tal vez en el Norte.
Tras el rastro del agua, viene el rastro de la vida. Si en el pasado las condiciones fueron menos duras que ahora, razonan muchos científicos, tal vez hubo alguna forma de vida primitiva en Marte. Quizás, apuntan los más optimistas, incluso algunos organismos microscópicos han podidio sobrevivir bajo el suelo en las condiciones extremas que allí reinan. Los supuestos y muy discutidos indicios de actividad orgánica descubiertos en 1996, en un meteorito de origen marciano que había llegado a la Tierra, no convencen completamente a casi nadie. Pero continúa la búsqueda de alguna muestra de vida pasada, y tal vez actual.
Días de tormenta
Una tormenta de polvo azota estos días Marte por la cara opuesta a la que tocó ayer Spirit, lo que ha producido un calentamiento y adelgazamiento de la atmósfera en latitudes altas. Por ello, en el último momento, los resposnables de control y navegación de la NASA enviaron órdenes al módulo de descenso del vehículo para que se abriera el paracaídas dos segundos antes de lo inicialmente previsto.
Marte suele ser el tercer cuerpo más brillante que se observa en el cielo nocturno, sobre todo cuando la dinámica celeste lo aproxima a la Tierra, como el último año. Desde luego, en ese mundo rojizo depositario de tantos sueños y leyendas no existen los imaginados canales artificiales que hace un siglo creyeron ver algunos marcianólogos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.