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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tipos de interés: al final de la escapada

Juan Ignacio Crespo

Desde finales del año 1994, los tipos de interés de largo plazo comenzaron un prolongado descenso que ha durado nueve años y que, de momento, parece haber tocado a su fin. Previamente, en 1992 y 1994, se habían producido dos crisis muy fuertes en el mercado de la renta fija. Durante la primera, que se inició con el primer voto negativo de los daneses al Tratado de Maastricht, los tipos de la deuda pública española a 10 años alcanzaron niveles del 14%; la peseta tuvo que ser devaluada en tres ocasiones diferentes, y estuvo a punto de desaparecer el Sistema Monetario Europeo.

En 1994, en cambio, los tipos de largo plazo sufrieron un virulento repunte como fruto de la decisión por parte de la Reserva Federal de subir de forma sorpresiva los tipos de interés del dólar en los primeros días de febrero, provocando con ello la mayor crisis en los mercados de deuda pública que han conocido las últimas generaciones. En España, los tipos de la deuda pública no llegaron tan lejos como en la ocasión anterior, aunque sí tocaron el 12,5%.

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Desde entonces, salvo episodios aislados, el mercado de renta fija ha sido casi una balsa de aceite. Sólo en 1998, tras la inestabilidad que generó la suspensión de los pagos de la deuda rusa, comenzaron a subir los tipos de interés de largo plazo en EE UU, una subida que se habría de mantener tanto allí como en Europa a lo largo de 1999. Posteriormente, y hasta junio de este año, retomaron la senda descendente, alcanzando niveles que no se veían desde hacía 50 años, por el convencimiento general de que la Reserva Federal haría todo lo posible para evitar una deflación económica en EE UU de la que cada vez se hablaba más. Y entre "lo posible", la medida de mayor impacto habría de ser la compra en el mercado abierto de toda la deuda pública que fuera necesaria, impidiendo así una subida de los tipos de largo plazo que podría ser letal para la recuperación económica.

Fue ése el momento en el que los fondos de renta fija habían acumulado las máximas plusvalías que serían posibles durante el año 2003, ya que, como es conocido, el rendimiento y el precio de los bonos y obligaciones se mueven en sentido inverso. Y ya que los tipos de interés de las nuevas emisiones estaban bajando, también lo hacía el rendimiento de las emisiones que ya estaban en las carteras de los fondos provocando, por ese movimiento inverso citado, el que el precio de los bonos en cartera no cesara de subir.

Hasta junio pasado. Desde entonces (momento en que el rendimiento de la deuda pública española a 10 años alcanzó el 3,5%) los tipos subieron hasta casi el 4,5%, barriendo con ese movimiento buena parte de las plusvalías acumuladas en el primer semestre. Las aguas se han remansado y el año 2003 se ha cerrado con la mayoría de los fondos de renta fija a largo plazo en rentabilidad positiva.

La mayor rentabilidad acumulada en los últimos tres años la exhibe el fondo que aparece encabezando el cuadro adjunto, Foncam 8; está en 7,17% en 2003, y supera en 7% en media anual compuesta para ese periodo de tres años. Incluso el fondo peor situado en el plazo de tres años, Herrero Renta Fija, acumula un 1,47% de rentabilidad media anual compuesta, lo que dice mucho del refugio tan atractivo que han resultado ser este tipo de fondos durante los años que duró la crisis bursátil.

¿Cuál es el futuro más inmediato para los fondos de renta fija a largo plazo? Con la información hoy disponible, se podría afirmar que no es probable que se produzcan fuertes subidas de los tipos de interés de medio y largo plazo en un futuro próximo, ya que, a pesar de los déficit crecientes de algunos estados, las empresas muestran poco interés por invertir y han mejorado en estos años considerablemente sus balances.

Juan Ignacio Crespo es director de Análisis de Lipper.

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