Adolfo Aristarain y José Sacristán ruedan otra vez juntos en 'Roma'

Cuando el director Adolfo Aristarain descolgó el teléfono e informó a José Sacristán de que quería contar con él para su nuevo proyecto, Roma, el actor no se lo pensó. Firmaba sin leer el guión. "Le dije que era un regalo maravilloso. No soy un idiota; sé que entran pocos en un kilo, y yo estoy dentro. No es fácil poder trabajar con Adolfo", cuenta Sacristán. "El rodaje de Un lugar en el mundo es uno de los acontecimientos más importantes de mi vida. Incluso si no hubiera salido bien".

Roma, producida por Tesela y Aristarain PC, se rodó varias semanas en Madrid y estos días se concluye en Argentina.

"Nunca sé cómo surgen las ideas. Hace dos años tomé notas rondando la idea de la relación madre-hijo, sobre la falta de barreras en la madre cuando se trata de la supervivencia de su hijo", comenta Aristarain.

"Manuel Cueto es un perdedor lúcido e íntegro que hace balance de su vida en una autobiografía, lo que supone un regreso al pasado con sus gozos y sus sombras. Para pasar a limpio sus recuerdos irrumpe en su vida Joaquín (Juan Diego Botto)", cuenta Sacristán. Por dinero, Manuel, escritor, empieza sus memorias y termina hablando de su madre, Roma (Susú Pecorano). "Es una tipa que ha vivido pocas cosas, pero que tiene una gran sabiduría y es muy abierta. En la sociedad rígida de los cincuenta y sesenta ve con naturalidad que su hijo traiga amigas a casa y se acueste con ellas", sigue el director.

Aristarain firma el guión junto a su mujer, Kathy Saavedra, y Mario Camus. "Mario y yo hicimos juntos la adaptación de La bandera, pero nunca conseguimos dinero para llevarla al cine. La escribimos con faxes y por correo", rememora. Recurrió a Camus "porque está acostumbrado a hacer películas corales muy complicadas como La

colmena, y yo siempre he hecho historias muy sencillas".

Antes de escribir una línea, no sólo Sacristán, sino Botto, protagonista de Martín

Hache, estaban contratados. "Sacristán es un excelente actor que puedes llevar a donde quieras. Dice las cosas con una gran ternura y humanidad", describe el realizador de Lugares comunes, "y Juan es un tipo que piensa y lo que piensa se le ve en los ojos". "No hago castings. A Alberto Jiménez le vi en El Bola y me pareció un actor fenomenal. Le ofrecí este pequeño papel con temor, porque él puede hacer papeles de mayor envergadura, y aceptó".

Con ironía, el realizador recuerda el rodaje en Argentina de Lugares comunes durante el corralito: "No pudimos sacar dinero ni cheques. Las experiencias complicadas, si te han salido bien, las recuerdas divertidas y ves el grado de amistad de los compañeros. Por suerte, en Roma tengo una financiación por encima de los 2,5 millones de euros".

Calcula que rodar en Argentina costaría entre un 30% y un 40% menos. "Forzándolo un poco, podía haber rodado en una provincia de allí. Pero la ambientación no es igual", agrega.