La reforma de la Política Agraria Común y el calor marcaron 2003

La reforma de la Política Agrícola Común (PAC), la negociación de nuevas Organizaciones Comunes de Mercado, la ola de calor, los precios elevados de algunos productos agrarios y el desarrollo legislativo contrarreloj han constituido los datos más significativos de la política agraria en el último año. El sector mejoró rentas por caída de activos y las organizaciones agrarias siguen demandando una nueva política para el sector.

Lo que sobre el papel iba a ser sólo un ajuste a medio plazo de la Agenda 2000, se convirtió en la mayor reforma de la Política Agrícola Común para su aplicación progresiva fundamentalmente desde 2005. Sobre el papel supone estabilidad en los gastos, aunque, a partir de 2005, se aplicarían los primeros recortes en las ayudas y se da la opción a cada Estado miembro de recortar las ayudas directas hasta el 10% para su destino a desarrollo rural.

La nota más importante de esta reforma es el cambio en el concepto para el pago de las ayudas agrícolas que pasarían del actual sistema a los pagos desacoplados. Abonar a cada agricultor o ganadero la ayuda en función de las cantidades percibidas en los años 2000 a 2002 al margen de que tengan o no esas producciones. Los próximos meses serán escenario del desarrollo de esa política. España ha decidido aplicar la ayuda desacoplada a partir de 2006, aunque queda por definir cómo y en qué sectores.

El año se cierra con las negociaciones para la reforma de las OCM de algodón, tabaco y aceite de oliva. Bruselas plantea que el 60% de las ayudas en algodón y tabaco sean desacopladas de la producción así como recortes medios del 20% en el tabaco para establecer un fondo de alternativas al cultivo.

En aceite se mantiene la misma estrategia con un 60% como pago por producciones históricas y el 40% como ayuda para olivar por superficie. En todos los casos, hay abierto un debate contra el sistema de pagos desacoplados propuesto.

La ola de calor afectó negativamente al conjunto de las producciones agrícolas, así como a algunas cabañas ganaderas. Las altas temperaturas supusieron un recorte del 12% en las producciones de patata. En remolacha, la caída fue casi del 20%. En los cereales, el recorte fue sólo del 5%, aunque se esperaba una campaña récord. Igualmente hubo caídas en las producciones hortofrutícolas

El calor provocó fuertes subidas de los precios de los productos hortofrutícolas, en los cereales, así como en pollos y huevos con importante impacto en el índice de los precios al consumo. Tras dos años de estudios y debates, se presentó el Libro Blanco de la agricultura y el desarrollo rural que es un diagnóstico general sobre la realidad del campo y que debe servir como base para un desarrollo legislativo, aunque el sector ha encontrado deficiencias en el mismo.