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Medio Ambiente ha tratado 11.500 toneladas de fuel del 'Prestige'

Más de 4.300 toneladas se reaprovecharon en la refinería de Petronor

El Gobierno vasco ha tratado en la planta instalada en el Puerto de Bilbao cerca de 11.500 toneladas de residuos del fuel del Prestige recogido por los arrantzales en el mar. La instalación, que estuvo en funcionamiento hasta el pasado octubre, ha acogido 20.000 toneladas de chapapote, aunque cerca de 8.000 era agua, según los datos del Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo. El proceso de tratamiento ha propiciado la reutilización como fuel puro, en la cercana refinería de Petronor en Muskiz, de más de 4.300 toneladas de combustible.

La planta, que se puso en marcha hace ahora poco más de un año, ha ocupado una superficie de tres hectáreas, cedida por el Puerto de Bilbao. Son terrenos ganados al mar que tendrán un uso industrial pero que aún no cuentan con destino. A lo largo de diez meses ha guardado el chapapote que se recogía en el mar, procedentes de los siete puertos donde los arrantzales han depositado la herencia tóxica del Prestige: Hondarribia, Pasaia, San Sebastián, Getaria, Ondarroa, Lekeitio y Bermeo. El proceso de tratamiento finalizó el pasado octubre y, en las distintas fases, han trabajado entre 150 y 200 personas.

El sistema empleado era muy simple: el fuel que llegaba se calentaba hasta casi 90 grados centígrados y en algunos casos se lograba recuperar hasta el 67% del residuo. El fuel obtenido se ha llevado a la refinería de Petronor en Muskiz, a cuatro kilómetros, para incorporarse como materia prima a la producción de combustibles.

El proceso de calentamiento expulsaba gases tóxicos, por lo que los trabajadores estaban pertrechados con máscaras de respiración, así como de los ya familiares buzos blancos visibles en todas las tareas de lucha contra el chapapote.

Lo más espectacular de la instalación eran los innumerables contenedores con los restos de fuel, que luego se complementaron con grandes bolsas (big-bags) de una tonelada en las que desde febrero llegaba el chapapote. La gran cantidad de fuel recogido por los barcos vascos obligó a ampliar el área de almacenamiento, que en diciembre se había calculado para 3.000 toneladas, y se decidió instalar capas de bentonita (un material impermeable) sobre el que se depositaba el fuel.

Esta zona del Puerto de Bilbao, en Punta Sollano, ya está otra vez desierta de residuos de fuel y maquinaria en funcionamiento. Sólo perviven las capas de hormigón que se tiraron en el área de almacenamiento para reforzar la impermeabilización del suelo donde se depositaba el chapapote. "Pero si volvieron a aparecer otras 1.000 toneladas de fuel, la instalación se puede montar otra vez con rapidez", apunta un portavoz del Departamento de Medio Ambiente.

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4.400 toneladas aprovechadas

La planta de tratamiento ha recibido cerca de 20.000 toneladas de residuos impregnados de fuel, según Medio Ambiente, de las que cerca de 4.400 toneladas eran de fuel neto y fueron aprovechadas por Petronor. El último camión cisterna salió hacia la refinería el pasado 26 de septiembre. Otros 7.000 toneladas de residuos contaminados, cuyo tratamiento se prolongó hasta el 31 de octubre, se han llevado, previa inertización a vertederos urbanos e industriales. Los residuos más tóxicos se trasladaron fuera de Euskadi, ya que no existe una instalación de esas características en la comunidad autónoma vasca para su procesamiento. Estos desechos han sido variados; van desde equipos de protección personal o utensilios utilizados en los puertos, residuos sólidos de limpieza y líquidos generados, o restos de contenedores y desechos de la limpieza del suelo en el lugar donde se ha ubicado la planta.

Los desechos totales, entre el fuel y los desperdicios impregnados, han rondado las 12.000 toneladas, ya que "8.000 han sido agua. En los últimos meses, más de la mitad del peso de las galletas de chapapote que se sacaba del mar era agua".

Medio Ambiente se vanagloria de que el proceso seguido ha sido un "ejemplo de una correcta aplicación de tratamiento de residuos, pese a tratarse de una situación de emergencia". El País Vasco, resalta el departamento, ha sido la única comunidad autónoma en aplicarlo, "y se ha hecho bien". Sin embargo, el grupo ecologista Lur Maitea tiene interpuesta una denuncia contra esta instalación en un juzgado de Barakaldo, al entender que la la puesta en funcionemiento de la planta requería de una evaluación de impacto ambiental y que no ha habido garantías para la protección del medio ambiente y la salud de las empresas

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