Un ensayo de Borja anima a la gente a conquistar las ciudades
La ciudad conquistada (Alianza) es el título de un ensayo sobre ciudad y ciudadanía del geógrafo y urbanista catalán Jordi Borja. "Conquistadas", afirma el autor, no es un adjetivo que se le pueda aplicar a las ciudades en estos momentos, sino que, más bien, se trata de un territorio "por conquistar" por parte de los ciudadanos. El libro, un volumen que ha contado con la colaboración de Majda Drnda, Mariela Iglesias, Mirela Fiori y Zaida Muxí, es una invitación a los ciudadanos a que vuelvan a ejercer sus derechos y a hacerse, otra vez, y a todos los niveles, con la ciudad.
Borja afirma que el "urbanismo progresista" que se practicó en la década de los ochenta en España ha ido derivando desde mediados de la década de los noventa en otra cosa. Las administraciones públicas, dice, han sido "superadas por los poderes inmobiliarios privados", es decir, que el equilibrio entre intereses públicos y privados se ha decantado en beneficio de los últimos. "Tenemos poderes públicos débiles, y a veces ignorantes o arrogantes, poderes inmobiliarios muy poco ciudadanos y unos profesionales que tienden a la arrogancia cuando pueden diseñar grandes obras y que son fácilmente comprables mediante encargos en el sector privado o el público", añade Borja.
El resultado es un tipo de ciudad, la ciudad posindustrial, donde hay ciertos sectores de la población que se han vuelto "invisibles". Hasta la actualidad, dice, "hasta la ciudad industrial, todo el mundo había sido visible". La de ahora es "una ciudad donde los viejos, los niños y los inmigrantes son progresivamente excluidos de la vida urbana".
Ciudadanía activa
Veterano activista del movimiento vecinal barcelonés Andrés Naya, que ha acompañado a Borja en la presentación del ensayo en Barcelona, anima a recuperar el concepto de "ciudadanía activa", básico para afianzar una democracia. En referencia a la especulación galopante, Naya recuerda haber leído recientemente un anuncio en un periódico en el que se decía "compro solar calificado como equipamiento" y pidió que reclamos como éste "potencien la capacidad crítica de la gente".
Carlos Jiménez-Villarejo, destituido recientemente por el PP de su cargo como fiscal jefe de Anticorrupción, habló en la presentación del volumen del equilibrio entre las políticas urbanas públicas y los intereses privados, un territorio, dijo, que "genera especulación y elementos de corrupción". Esta situación "rompe la homogeneidad social exigible en una ciudad del siglo XXI y excluye a todos los sin, los sin techo, los sin papeles...". En este sentido, afirmó que los derechos sociales que aparecen en la Constitución tienen "un reconocimiento inferior a los derechos civiles o políticos", algo que le "preocupa" como jurista, y recordó que "ha llegado el momento de plantearse cuáles son los derechos fundamentales para el desarrollo de las personas".
Babelia
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