Destituido el gerente del Centro Regional de Transfusión

Roberto García de Villaescusa ha sido destituido por el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) como gerente del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid. Lidia Blanco, hematóloga del centro, le sustituirá. El relevo de García de Villaescusa se produce al año de su nombramiento y sólo cuatro semanas después del traslado del Centro de Transfusión a su nueva sede en Valdebernardo.

El nuevo centro ocupa un flamante edificio de 12.000 metros cuadrados, en el que está previsto procesar más de 200.000 donaciones al año, además de tejidos humanos destinados a la investigación y a trasplantes. Hasta hace un mes, el Centro de Transfusión estaba instalado en unos módulos prefabricados situados en la parte posterior del hospital del Niño Jesús.

El director general del Sermas, Fidel Illana, justificó así la destitución del García de Villaescusa: "La gerencia del Centro de Transfusión es un cargo de confianza y él no tiene la mía". Illana añadió que "el centro ha vivido un periodo complejo, con un conflicto laboral largo, que debe ser dejado atrás cuanto antes". El sindicato UGT-Madrid ha calificado como "muy satisfactoria" la destitución del García de Villaescusa. "Los últimos meses en el centro han sido muy perjudiciales para el funcionamiento de un servicio vital para la sanidad pública como el de la donación, procesamiento y transfusión de sangre", explicó la secretaria regional del sindicato, Carmen López.

Una de las últimas actuaciones del destituido ha sido la de amonestar a 103 de los 190 empleados del Centro de Transfusión por negarse a firmar en una hoja de registro las horas en las que entraban y salían de su puesto de trabajo.

Esta decisión ilustra el conflicto larvado que el gerente y los trabajadores han vivido en los últimos meses. Los empleados han denunciado la precariedad de medios que han sufrido en la nueva sede del Centro de Transfusión. Los 10 trabajadores del departamento de promoción remitieron el pasado 26 de noviembre una carta a la gerencia en la que denunciaban la falta de medios que sufren.

Huellas digitales

Otro de los puntos de conflicto fue la decisión de García de Villaescusa de imponer un sistema de identificación por huellas digitales para controlar los horarios de trabajo de los empleados. Los sindicatos critican que este sistema puede vulnerar la intimidad de los empleados, además de que no se han seguido los procedimientos legales establecido, como informar al comité de empresa antes de aplicarlo.

Mientras el sistema no ha estado operativo, el gerente impuso que todos los trabajadores debían firmar en una hoja de registro cuando entraran o salieran de su puesto de trabajo. La mayoría de la plantilla se negó a hacerlo, por lo que García de Villaescusa ha amonestado a 103 de los 190 trabajadores.

El Centro de Transfusión cuenta con 11 unidades móviles, que recorren la región a la búsqueda de donantes de sangre. Tras el traslado a su nueva sede está previsto aumentar las bolsas de sangre procesadas de 80.000 a 200.000; la plantilla, de 190 a 300 trabajadores, y su presupuesto, de 14 a 29 millones de euros. Además, será puesto en marcha el Banco de Tejidos de la Comunidad (piel, córneas y válvulas cardiacas) y triplicar las dimensiones de su Banco de Cordón Umbilical.