_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Fabra

Miquel Alberola

Hay varias imágenes de Carlos Fabra que me abstraen como si se tratara de obras de arte. Muy pocos políticos valencianos contemporáneos -por su diseño, por su coreografía- me resultan tan sugestivos y plásticos como éste. Dos de ellas sucedieron el mismo día en el Hotel Palace de Madrid, donde la Diputación de Castellón celebró hace unos años la Gran Gala Costa del Azahar. Era media tarde y Fabra pasaba revista con chaqueta de ante a los once salones habilitados para el evento. En apenas unas horas, aquello iba a ser un hervidero de lujo, y en el vapor de esa hoguera quedaría suspendida como un aerosol luminoso la reina de los cuartos de baño, Isabel Preysler. Tras comprobar que todo estaba correcto, se dirigió al salón de la cúpula, cuyos divanes aposentaron las almorranas de Ernest Hemingway. Cuando Fabra apareció, el pianista empezó a teclear My way, como si lo estuviese esperando y se la dedicase expresamente, y él se quedó quieto con los brazos cruzados como si hubiese captado el mensaje y tratase de seducir a la propia melodía que lo ensalzaba. Entonces, esa bombonera neobarroca con columnas corintias se reflejó en los cristales oscuros de sus gafas como una apoteosis colorista, hasta dar la sensación de haber sido concebida a propósito como su propio estuche. La otra se produjo poco después en el baño del hotel, mientras Fabra estaba acoplado a uno de los urinarios con idéntica autoridad, ergonomía y entusiasmo. Allí varios tipos muy agradecidos le dieron palmadas a la espalda por la comilona que se estaba sirviendo. Entonces él, sin interrumpir su cometido, los calmó: "Pues ahora viene lo bueno". Aquel día Fabra dejó obsoletos a Brian del Palma y Robert de Niro. Ahora, en esa misma dinámica de hechos consumados y sobreentendidos sicilianos, un ex amigo y antiguo socio le ha vaciado un cubo de basura encima por tráfico de influencias, como si uno de los suyos, desde muy arriba, hubiese dado la orden de ir a por él por haber roto alguna antigua alianza. En ese caso, está a punto de desencadenarse una secuencia de acontecimientos violentos que siempre se producen mientras el vencedor asiste, como ajeno, a un espectáculo. ¿Bordará Fabra ese papel también?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_