Una exposición ofrece en Vitoria un recorrido por las distintas civilizaciones del Perú precolombino
La muestra recoge más de 150 piezas de las culturas nazca, chimu o moche
La muestra llega a la sala de la Caja Vital (Postas, 13-15) justo después de la exposición que este espacio ha dedicado a los creadores que vivieron en el barrio parisino de Montparnasse, en el surgimiento de las vanguardias, a principios del pasado siglo. Tesoros del Antiguo Perú evoca una parte de las civilizaciones prehispánicas, las que desarrollaron las distintas culturas desde que hay constancia de la presencia del ser humano en este territorio, hace 15.000 años.
Las piezas de la muestra proceden del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, con sede en la capital, Lima. Son 154 objetos que por primera vez han salido de su emplazamiento habitual para mostrar las capacidades creadoras de los primeros pobladores de los Andes y la época precolombina.
En la mayor parte de la exposición se aprecia una vinculación clara con los cultos ceremoniales. Los moches, por ejemplo, era una civilización de alto desarrollo agrícola que vivió cerca de la costa, alrededor de la actual Trujillo. También descubrieron avanzadas técnicas de pesca que todavía emplean los habitantes de esa zona. En sus centros religiosos llegaron a residir hasta 10.000 personas, con una élite de artesanos que elaboraron fascinantes botellas de cerámica policromadas, entre las que destacan las que además reproducen esculturas sexuales de gran belleza.
Las cerámicas de las culturas nazca o chancay no se quedan atrás en expresividad plástica, a la altura del lujo ornamental de los objetos de oro y plata de las culturas sicán o lambayeque. Las piezas de la cultura chancay destacan por la utilización que hacen de la figura humana en sus vasijas de alfarería. Por su parte, las figuras de ídolos y las joyas de oro y plata son las más representativas del periodo incáico, que se extendió en forma de imperio hasta la llegada de los españoles a Perú en el siglo XVI. La gran mayoría de los objetos expuestos presentan un excelente grado de conservación, pese a su antigüedad. En este aspecto destaca, una esclavina de tejido policromado de la cultura Paracas, que data del año 800 antes de Cristo. En fin, todo una cuidada selección de unas aportaciones artísticas que siguen siendo objeto de estudio para los creadores contemporáneos.
El comisario de la muestra, Julián García, subrayó las dificultades que se han tenido que salvar para traer la exposición, dada la categoría de las piezas y el riesgo que supone por su delicadeza transportarlas desde Perú.
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