La familia real marroquí controla el 60% de la Bolsa de Casablanca
El 'holding' del rey alauí logra la supremacía tras comprar dos entidades financieras
Es la noticia económica del año en Marruecos. Banque Commerciale Marocaine (BCM) ha adquirido el grupo Wafa, creando así el mayor banco y la mayor compañía de seguros del país. Pero la operación tiene trascendencia política. La BCM pertenece, en última instancia, a Siger, el holding que gestiona la fortuna del rey Mohamed VI y de su familia. Tras esta compra, Siger controla, a partir de ahora, directa o indirectamente, nada menos que el 60% de los valores que cotizan en la Bolsa de Casablanca.
A finales de noviembre, la familia Kettani vendió a la BCM por 2.087 millones de dirhams (198 millones de euros) el 70,5% del capital de Wafa Seguros, la tercera compañía del país, y el 47,7% de los derechos de voto de Wafa Bank, el tercer banco marroquí. El objetivo de BCM es absorber el 100% del grupo Wafa. Un banco español, el BBVA, posee el 9,94% de las acciones de Wafabank mientras que otro, el BSCH, ostenta, a través del holding Santusa, el 20,27% del BCM.
Tras esta operación, el BCM, que ya era accionista mayoritario de otra aseguradora, se adueña del 37,2% del sector seguros en Marruecos. Junto con la entidad pública Banque du Crédit Populaire controla además el 60% de los depósitos de los marroquíes. "La adquisición del grupo Wafa da a la BCM una dimensión preocupante" en un mercado tan exiguo, subraya el consultor financiero Hassan Alaui.
Saad Kettani, el miembro del poderoso clan Kettani que ha negociado la venta del grupo Wafa, declaró que había actuado por patriotismo. "El mantenimiento de un grupo financiero en manos de una sola familia no es la mejor garantía de defensa de los intereses del país", afirmó.
"El nuevo grupo, que acaba de nacer, está hoy día en mejores condiciones de defender los intereses de las empresas marroquíes" en el marco de una economía globalizada, añadió Kettani, que es también copresidente del comité empresarial hispano-marroquí. Con este gran grupo, las joyas de la banca marroquí ya no corren el riesgo de caer en manos extranjeras.
No todos comparten esta interpretación. "Es un asunto tan peligroso como nefasto para el porvenir de la nación marroquí", sostiene en su editorial Le Journal, el semanario en francés de mayor difusión. "El aplastante dominio del mundo de los negocios por una institución sacralizada por la Constitución coloca en una situación precaria a la economía marroquí", añade.
El 60% de los títulos que cotizan en Casablanca pertenecen ahora a empresas controladas, a través de una catarata de sociedades, por Siger, el holding real cuyo nombre es el anagrama de Regis. En Marruecos, los integrantes de los órganos de regulación de los mercados financieros -el Banco Central y el Consejo Deontológico de los Valores Mobiliarios, el equivalente marroquí de la Comisión Nacional del Mercado de Valores- están además dirigidos por personas nombradas por decreto por Mohamed VI.
"Esto contradice todas las normas del buen Gobierno", se indigna Le Journal. "Esta estrategia mina la legitimidad de la monarquía marroquí. (...) Los Estados deben servir exclusivamente el interés general y dejar de estar subordinados a los intereses privados de los que ostentan el poder".
El semanario de Casablanca Economie et Entreprises publicó, el año pasado, una evaluación de la fortuna real sin tener en cuenta sus inversiones en el extranjero ni su patrimonio inmobiliario. Se situaba en torno a los 600 millones de dólares. El presupuesto de la Casa del Rey en Marruecos rebasa, además, con creces al de la Casa del Rey de España.
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