Los restos humanos de la Cova Fosca permiten datar el arte rupestre mediterráneo 3.000 años antes
"Son unos resultados que pueden cuestionar algunos dogmas". Con esta frase, el rector de la Universidad Jaume I de Castellón, Francisco Toledo, quiso ayer significar la importancia de los datos aportados por los análisis de los restos de un niño hallados en la Cova Fosca, en Ares del Maestrat. Los análisis de radiocarbono practicados en los laboratorios Beta Analytical de Miami desvelan que el esqueleto del niño, o niña, prehistórico tiene una antigüedad de 12.000 años, es decir, 3.000 años más de los que, por la estratificación, se calcularon en un primer momento. Para su descubridora, la catedrática de Prehistoria de la Jaume I, Carme Olària, esta fecha arroja datos sobre la posible cronología del arte rupestre mediterráneo y, más adelante, con nuevos análisis, ofrecerá resultados sobre aspectos de costumbres ancestrales de gran interés para la ciencia. "Va a contradecir hipótesis sobre la antigüedad del arte levantino", dijo.
Además de los conjuntos de arte rupestre como Racó Molero, Gasulla y Remigia, ubicados a apenas 500 metros de la Cova Fosca, la identificación de los contemporáneos de Anuc, nombre con el que bautizaron los restos del niño de entre 8 y 10 años, con los autores de este arte se debe a la localización, en el mismo lugar, de instrumentos propios de esta tarea. Como recordó Olària, se hallaron artilugios que se debieron utilizar como paletas de pintor y se detectaron materiales usados en la pintura rupestre.
De esta manera, las hipótesis que señalan el arte como fruto de las influencias de otras poblaciones que, desde el Mediterráneo oriental o el Adriático, fueron asumidas por los prehistóricos autóctonos podrían desmoronarse ya que, tal como aseguró Olària, la datación de los restos hace 12.000 años demuestra que la población en El Maestrat era muy anterior a lo que hasta ahora se pensaba. La catedrática descubrió, el pasado año, un enterramiento de siete personas en El Single de Mas Nou, a 300 metros del cuerpo de Anuc. Entre ellos, un adulto de hace 7.000 años.. La catedrática comentó que las investigaciones ayudarán a establecer el origen de un arte que, pese a la declaración de Patrimonio de la Humanidad, no cuenta con unas bases firmes, ni en cuanto a su surgimiento, origen, ni sobre su evolución.
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