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Las mujeres de renta baja sufren el doble de dolencias al envejecer

Los expertos piden políticas sanitarias que prevean la desigualdad social

Miquel Noguer

No es lo mismo haberse pasado media vida limpiando escaleras de rodillas que haber invertido este tiempo trabajando en una oficina. La edad pasa factura a todo el mundo, pero son las clases menos favorecidas las que peor la soportan. Así se desprende de la encuesta de Salud de Barcelona: sólo el 35% de las mujeres de renta baja y mayores de 65 años declaran encontrarse bien de salud,cuando en las de renta alta ese porcentaje llega al 70%.

Obesidad, artrosis, problemas respiratorios y dolor en general. Son dolencias casi indisociables de la vejez pero son las mujeres, y especialmente las que no han tenido una vida cómoda, las que peor lo viven. A la pregunta de "¿Cómo se encuentra usted en general?" las respuestas suelen ser siempre más pesimistas cuando la encuestada es una mujer, pero al profundizar más también se observa que las mujeres menos favorecidas, viudas o solas, lo pasan mucho peor.

Si las de renta alta o media alta sólo afirman encontrarse mal en un 10% de los casos, este porcentaje alcanza el 22% en las que pertenecen a clases menos favorecidas. Y al haberse realizado la encuesta en la ciudad de Barcelona, esta realidad también varía según el nivel de renta de cada distrito. Así, en Nou Barris o Ciutat Vella, apenas el 40% de los ancianos afirman encontrarse bien de salud, un porcentaje que casi alcanza el 65% en Sarrià-Sant Gervasi.

La responsable del estudio sobre las desigualdades en salud, Carme Borrell, afirmó ayer en unas jornadas que reunieron a ténicos del sector en Barcelona, que "cualquier política sanitaria debe tener en cuenta no sólo el grado de envejecimiento de la población, sino también los condicionantes sociales de los ciudadanos" y esto, en su opinión, "no se ha hecho hasta ahora en Cataluña". Según Borrell, el referente más cercano que los gestores sanitarios catalanes deberían tener en cuenta es el País Vasco. "Allí todas las políticas y campañas de salud tienen en cuenta el nivel social y las diferentes realidades de sus destinatarios".

Pero, ¿cuáles son los trastornos más frecuentes en las capas menos favorecidas? Daniel Roca, médico de familia del CAP del barrio de la Barceloneta, afirma que los dolores articulares, sobre todo la artrosis, y los problemas psicológicos leves son las afecciones más frecuentes en las mujeres de edad avanzada y de clase trabajadora. Según la propia encuesta de salud de Barcelona, las mujeres más desfavorecidas también sufren más enfermedades crónicas y es en los distritos de Nou Barris, Poble Nou y Les Corts donde se detecta mayor incidencia de estas afecciones.

Problemas de soledad

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La soledad es la otra gran variable que hay que tener en cuenta al hablar de salud. Los datos son claros: entre las ancianas que afirman no tener a ninguna persona de confianza con quien hablar, los problemas de salud son tres veces más frecuentes que entre aquellas mujeres con una buena red familiar o de amistades. En los hombres mayores el factor de la soledad también influye en su estado de salud, aunque de forma menos intensa. Entre los hombres solos el 38% dice encontrarse bien, cifra que aumenta hasta el 48% cuando el encuestado tiene a una o más personas de confianza a su alrededor.

La ONG Amics de la Gent Gran conoce bien la soledad de los ancianos y su coordinadora asistencial, Eva Calero, cree que esta soledad va muy ligada a los problemas de salud que afectan a muchos de ellos. "Todo comienza con la artrosis u otras afecciones articulares. El anciano sale menos y se aísla progresivamente. Aquí comienzan los problemas de relación, el bajo estado de ánimo y un progresivo abandono de su salud. Si no se hace nada el anciano acaba muchas veces con una depresión o problemas todavía peores", explica esta experta en geriatría. Más y mejor asistencia domiciliaria es una de las soluciones que apunta esta profesional para evitar estos problemas.

El 'lujo' de ir al hospital

Lo observan a diario los profesionales sanitarios. Las mujeres, y sobre todo las de edad avanzada, copan las consultas de los centros de atención primaria. Dolor articular, malestar general, problemas de circulación... pero pocas, muy pocas acaban en el hospital. Al menos si se compara con las cifras de hombres ingresados. ¿Por qué esta diferencia?

El director del Instituto Universitario de Salud Pública de Cataluña, Andreu Segura, considera que las mujeres mayores suelen acudir más a menudo al ambulatorio por falta de apoyos en su entorno más inmediato para solucionar problemas de salud leves. Ya sea porque son viudas o porque el peso de la familia recae sobre sus espaldas, estas mujeres suelen necesitar una válvula de escape. Pero todo cambia cuando se habla de una hipotética hospitalización. "Muchas mujeres no van al hospital, simplemente porque no pueden permitírselo". "¿Quién cuidaría del marido, de la casa y de otros eventuales familiares si ella se fuera al hospital?" , se pregunta Segura, quien considera que los hombres no tienen tantos impedimentos cuando deben ser ingresados.

El médico de familia del CAP Barceloneta Daniel Roca también piensa que los médicos acaban supliendo la falta de apoyo de muchas ancianas. "Se encuentran solas y buscan que alguien les haga caso. Algunas veces, más que dispensar atención médica acabamos dando consejos, escuchando e ¡incluso ejercemos de curas!". Y es que no son pocos los médicos de familia que, tras una mujer con migraña o malestar han encontrado una depresión de manual.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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