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El tripartito no logra aunar criterios sobre acuerdos con SA

Las diferencias propician la derrota de la Ley universitaria

El tripartito no ha logrado rehacer su unidad en torno a la Ley del Sistema Universitario, que salió ayer derrotada de la comisión de Educación. El tripartito renunció a someter a votación el dictamen pactado en ponencia, volvió al texto inicial del Gobierno y después se dividió en el voto de las enmiendas de SA: mientras EA mantuvo su compromiso, el PNV e IU se apearon de él, y los radicales, al ver deshecho el trato, rechazaron artículo por artículo la ley. SA aseguró haber negociado durante mes y medio con el Departamento de Educación que dirige Anjeles Iztueta.

Pese a la comparecencia unitaria que protagonizaron sus portavoces el viernes, el tripartito no ha logrado rehacer su unidad en torno a lo que es posible o no pactar y votar con el grupo de la ilegalizada Batasuna, Sozialista Abertzaleak (SA). Ello le valió ayer a la consejera de Educación, Anjeles Iztueta, el rechazo en comisión a la Ley del Sistema Universitario, un proyecto emblemático de su departamento. El proyecto irá a pleno el día 22, pero podría correr idéntica suerte, salvo que los grupos del Gobierno encuentren una tabla de salvación a última hora.

La derrota de ayer la propició la división de los grupos del Gobierno en torno a las enmiendas que habían acordado en la ponencia con SA. De nada sirvieron los intentos realizados durante la tarde del lunes. La consejera llegó a ofrecer, según ha sabido este periódico, retirar el proyecto para presentarlo después como proposición de ley de los tres grupos del Gobierno. Pero al lehendakari, Juan José Ibarretxe, no le gustó la idea, y prefirió la derrota que, de repertirse en el pleno, le dará la ocasión, como hicieron ya ayer tanto el portavoz del Gobierno, Josu Jon Imaz, como el de EA, Rafael Larreina, de culpar a PP, PSE y SA por unir sus votos contra el ejecutivo.

SA vertió su indignación por la ruptura de lo acordado sobre todo contra el PNV, al que su portavoz interpeló airada, sobre su preferencia porquienes protagonizaron "el alzamiento del 36 o crearon el GAL". Araitz Zubimendi desveló después que la negociación no se ha restringido a los grupos parlamentarios en la ponencia, sino que ha alcanzado también al Gobierno. La parlamentaria radical aseguró haber negociado "durante mes y medio" con el Departamento de Educación, a través del cual afirmó también haber conocido en la noche del lunes "lo que iba a pasar hoy [por ayer]". Preguntada por el nivel de esa interlocución respondió que la ha mantenido "con el Viceconsejero". El político aludido, responsable de Universidades e Investigación, Jon Barrutia, presente en los pasillos del Parlamento, no quiso desmentir ni comentar esas precisiones de la diputada radical. Preguntado sobre la pertinencia de este tipo de negociaciones parciales con SA, el portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, dijo: "No doy crédito a las palabras de una parlamentaria de ese grupo". Un portavoz oficial de Anjeles Iztueta negó la existencia tanto de la llamada del lunes por la noche como el resto de los contactos desvelados por SA.

Lo que late detrás de la crisis del tripartito es la confusión y la diferencia de criterios en los partidos que lo componen sobre lo que se puede y no se puede hacer con SA, sin vulnerar el compromiso electoral del lehendakari de no usar ni directa ni indirectamente los votos de Batasuna para gobernar.

Mientras el PNV e IU no tienen problema en acatar el criterio que Ibarretxe les va marcando, más estrecho según se acerca el debate sobre los presupuestos y cuanto más previsible es el adelanto electoral, EA tiene otra visión, y no sólo en el trabajo parlamentario sino también en términos de hipotéticas alianzas electorales futuras. No es casual que los dos acuerdos que han levantado un problema a Ibarretxe -las enmiendas a esta ley y el acuerdo sobre el marco de relaciones laborales- los hayan tejido dos consejeros de ese partido.

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Tras la derrota del proyecto en la comisión, la portavoz socialista, Isabel Celaa, se congratuló de haber tomado la decision de retirar su enmiendas, ya que estima que ello dejó "al descubierto" las pactadas con SA y provocó "el vértigo" del PNV e IU.

Por su parte, el portavoz del PP, Iñaki Ortega, puso de relieve "la división y la debilidad del Gobierno vasco" que no puede sacar adelante el proyecto.

PNV e IU guardaron silencio, mientras Rafael Larreina (EA) reivindicó su "coherencia" al mantener el voto a las enmiendas de SA, aunque evitó las críticas a sus socios, y dijo que el Departamento de Educación ha actuado como todos los demás cuando han negociado una ley: "ha habido converscaciones con todos los grupos", aunque no "pactos o negociaciones".

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