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Científicos y empresarios ven posible que el hombre se instale en la Luna en 10 años

Ante un posible anuncio de Bush, los expertos piden cooperación internacional

Los rumores que corren en Washington sobre la inclusión de un plan para que Estados Unidos vuelva a mandar astronautas a la Luna en el programa electoral de George Bush en 2004 han reanimado el debate sobre los medios y fines de una segunda fase de exploración y posible explotación del satélite terrestre. 130 científicos y empresarios que se reunieron recientemente en Hawai aseguraron en una declaración: "Necesitamos la Luna por muchas razones", y manifestaron que creen posible la presencia humana en 10 años, pero como fruto de un esfuerzo internacional.

Estados Unidos no es el único país que querría llegar a la superficie lunar con máquinas o seres humanos por primera vez desde hace 27 años, cuando llegó la sonda rusa no tripulada Luna 24. De hecho, la exploración lunar es ya el objetivo de programas de investigación presentes y futuros en varios países como la Unión Europea, China, Japón y la India, como señalaron sus responsables en Hawai durante el Congreso Internacional sobre la Luna 2003.

La Agencia Europea del Espacio tiene en camino hacia la Luna la sonda Smart, que es sobre todo de demostración tecnológica, y planes para otras misiones. Japón quiere enviar en 2004 la sonda Luna A para lanzar una especie de misiles con instrumentos sobre las dos caras lunares y estudiar su composición. Al año siguiente lanzaría Selene, una misión para reconocer desde la órbita lunar los minerales de interés. Los planes de la India y China son a más largo plazo, aunque en esta década, y este último país quiere mandar astronautas, pero después de varias fases de exploración robótica.

La única misión estadounidense prevista, todavía no aprobada, no saldría hasta 2009 y consistiría en un robot que traería de vuelta a la Tierra muestras de la enorme cuenca Aitken, en el polo sur lunar, con el propósito de confirmar la existencia de agua, en cantidad suficiente para su uso, en los polos lunares. Los expertos creen que esta misión o una parecida -sería muy útil situar un radar adecuado en órbita y nadie lo tiene previsto- debe ser la primera a llevar a cabo. Sin embargo, reclaman que sea gestionada en un marco internacional, que incluya la empresa privada "para alentar y estimular el desarrollo pacífico y progresivo de la Luna y servir de catalizador para las futuras misiones humanas en un plazo de 10 años", según recoge la Declaración de la Luna de Hawai, emanada del congreso, en el que participaron expertos de Estados Unidos, Canadá, México, la Unión Europea, Japón, India y Rusia.

Valor estratégico

Las razones por las que los seres humanos necesitan la Luna son de tres tipos, según los firmantes: utilizar sus recursos de materiales y energía para nuestras necesidades futuras, establecer una segunda reserva de cultura humana por si se da una catástrofe total en la Tierra y estudiar y comprender el universo. Las líneas de trabajo que señalan se refieren al desarrollo de recursos energéticos para la Luna y la Tierra, el establecimiento de observatorios de astrofísica lunares y, sobre todo, la evaluación y el uso de los supuestos depósitos de hielo y agua en los polos lunares (cuya existencia ponen en duda algunas observaciones recientes). Paul Lownan, científico de la NASA, no tiene dudas de que hay al menos hidrógeno: "La confirmación de que existen grandes depósitos de hidrógeno en las regiones polares ha hecho que la Luna pase de ser un cuerpo celeste interesante científicamente a un territorio de valor estratégico, comparable a los campos de petróleo del golfo Pérsico", ha declarado a Space.com

Marte parece no competir con la Luna directamente. "Ha quedado claro que la Luna está antes que Marte", ha dicho Douglas O'Handley, físico de la Universidad de Santa Clara en EE UU, que antes participó en desarrollar el programa tripulado a largo plazo de la NASA.

Para ejecutar estas líneas de trabajo los expertos recomiendan toda una secuencia de misiones de tecnología, de exploración y comerciales, entre ellas precursores robóticos para la utilización de los recursos lunares y la construcción de infraestructuras antes de que vuelva el ser humano a la Luna.

Astronauta de la misión Apolo 12, la segunda que se posó en la Luna, en noviembre de 1969.
Astronauta de la misión Apolo 12, la segunda que se posó en la Luna, en noviembre de 1969.

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