Sadam será juzgado por un tribunal iraquí y afrontará la pena de muerte
El dictador será acusado de crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio
Sadam Husein afronta una durísima condena. Tal vez la pena de muerte. El Tribunal Especial que le juzgará estará formado exclusivamente por magistrados y fiscales iraquíes, que serán nombrados por un comité de jueces. A su vez, esta designación deberá ser ratificada por el Consejo de Gobierno, organismo controlado por la Autoridad Provisional de la Coalición. El Pentágono no confirmó ayer la próxima entrega de Sadam a la justicia iraquí.
La evidencia de que buena parte de los miembros del Consejo es partidaria de aplicarle la pena capital abona la idea de que no puede descartarse. La legislación iraquí prevé este castigo para los delitos más atroces. Casi nadie duda a estas alturas de que el ex dictador es responsable de crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio. Las fosas comunes halladas en los últimos meses, que podrían contener restos de decenas de miles de personas, también ponen de relieve que Sadam Husein ordenó múltiples asesinatos masivos. La ley que aprobó la creación de este tribunal también determinó que asimismo podría ser procesado por embarcar a su país en conflictos que resultaron desastrosos para Irak, como el que enfrentó a este Estado contra Irán en la década de los ochenta, y la primera guerra del Golfo, tras la invasión de Kuwait el 2 de agosto de 1990.
Ya no será necesario juzgarle en ausencia como había previsto la normativa ratificada por el Consejo de Gobierno el pasado miércoles. La corte imputará al detenido delitos perpetrados en un periodo de tiempo determinado: desde el 17 de julio de 1968 hasta el 1 de mayo de 2003. Es decir, para juzgar únicamente las salvajadas que llevó a cabo el régimen del partido Baaz, que Sadam dirigió sin el menor escrúpulo. Y se aplicará el Código Penal vigente desde 1969, que incluye la pena de muerte, que fue suspendida provisionalmente por Bremer hace tres meses.
El tribunal no se parecerá a los tribunales internacionales para Ruanda, Sierra Leona, Timor Este o la ex Yugoslavia. No formarán parte de él jueces de otras nacionalidades. Al igual que en la reconstrucción del país, EE UU no parece dispuesto a internacionalizar este asunto. Y de la implicación de la ONU no quiere saber nada.
"Estados Unidos entregará a los principales miembros del régimen de Sadam", afirmó recientemente Abdulaziz Baqer al Hakim, presidente de turno del Consejo. Ahmad Chalabi, otro prominente miembro de este Gobierno, férreamente tutelado por Washington, confirmó ayer que el tirano se sentará en el banquillo en su país.
En principio está previsto que para el próximo junio empiecen los procesos. De momento, además de Sadam, los principales acusados que permanecen custodiados por las tropas norteamericanas son Tarek Aziz, ex viceprimer ministro; el ex vicepresidente Taha Yasin Ramadan, y Alí Hasan al Majid, llamado Alí el químico por ser quien dirigió los ataques con gases venenosos en el pueblo de Halabja, en el Kurdistán, en los que perecieron miles de personas.
Varias organizaciones de derechos humanos han criticado con dureza la legislación aprobada. Human Rights Watch ha apuntado que el juicio puede transformarse en un "show político". Numerosas ONG inciden en que se necesita "mucha más implicación de la ONU en este tribunal". El Ejecutivo iraquí financiará todo el proceso, pero contará con una decisiva ayuda de 75 millones de dólares aportados por EE UU. La normativa aprobada el pasado día 10 prevé especiales medidas de seguridad para los testigos que declaren contra los baazistas. La sede del tribunal se instalará en un edificio que durante el régimen de Sadam se utilizó para almacenar los regalos que el dictador recibía de Gobiernos extranjeros.
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