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El tripartito ataja a toda prisa su crisis por la ley Universitaria

Los grupos del Gobierno propondrán las enmiendas retiradas por PP y PSE

Los grupos del Gobierno cerraron ayer de manera celérica, y en torno a un acuerdo que implica una nueva vuelta de tuerca a los usos y prácticas de la Cámara, la crisis abierta el jueves por el dictamen de la Ley del Sistema Universitario. Con él intentan una solución de compromiso entre el PNV y EA, principales protagonistas del desacuerdo originado por la perspectiva de sacar adelante el dictamen con los votos del grupo de la ilegalizada Batasuna. Tanto los grupos del tripartito como el propio Gobierno pusieron todo su afán en negar que la aceptación o transacción de enmiendas de los radicales suponga un "trato" con ellos.

El PNV y EA negaron la existencia de crisis alguna y calificaron lo ocurrido como un "conflicto puntual de procedimiento", pero lo cierto es que tras la actuación peneuvista en la comisión de Educación, EA plantó a sus socios en la de Industria por la tarde pretextando una reunión de su ejecutiva, de modo que PP y PSE sacaron adelante numerosas enmiendas y el tripartito tiene ahora también que reparar esa actuación.

Tras 24 horas de reuniones y contactos entre las tres formaciones, en permanente contacto con el Ejecutivo y bajo la supervisión estrecha del propio lehendakari, Juan José Ibarretxe, los portavoces de PNV, EA e IU anunciaron ayer el arreglo: los tres grupos presentarán como propias las enmiendas acordadas con populares y socialistas en la ponencia, que ambos grupos retiraron para no coincidir con Sozialista Abertzaleak. Los tres portavoces volcaron sobre el PSE la responsabilidad de echarse atrás de lo acordado en la ponencia, pero no dieron la impresión de tener subsanadas sus diferencias de criterio sobre el tipo de relación y acuerdos que pueden o no establecer con Batasuna en el Parlamento.

Tanto el PP como el PSE, que sostienen que existe un pacto del tripartito con Batasuna para sacar adelante la ley, se apresuraron a criticar como antirreglamentaria y contraria a los usos y prácticas de la Cámara la actuación anunciada por el tripartito, cuya viabilidad ponen en duda también algunos diputados del PNV. Fuentes del Ejecutivo esbozaron la posibilidad de que todavía se someta a votación el proyecto originario remitido por Educación, con el previsible rechazo de la ley: "Cada cual tendrá que explicarse ante la Universidad, que será la principal perjudicada", advirtieron.

Ni Joseba Egibar (PNV), ni Rafael Larreina (EA), ni Oskar Matute (IU), que comparecieron juntos para explicarse y dar una imagen de unidad, quisieron aclarar qué mecanismo emplearán para mantener en el dictamen las enmiendas retiradas.

Otras fuentes consultadas apuntaron el artículo 107.4 del reglamento, que regula las llamadas enmiendas de aproximación, como posible camino. Tanto el PP como el PSE no lo consideran válido, pues dicho artículo pone como condición que las nuevas enmiendas tiendan a alcanzar un acuerdo "entre enmiendas ya formuladas" y el articulado de la ley. De otro modo, sólo admite correciones gramaticales, terminológicas o técnicas.

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El PP retiró todas sus enmiendas para evitar "ser objeto del juego del tripartito". "Han dejado de existir a efectos del trámite parlamentario", afirmó su portavoz, Leopoldo Barreda, por lo que "no son asumibles por nadie". Los socialistas Rodolfo Ares e Isabel Celaa afearon al tripartito que busque "subterfugios" reglamentarios "para salvar sus problemas" y reivindicaron el derecho de los grupos parlamentarios a retirar sus enmiendas.

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