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EL CONTROL DE LOS PRECIOS

La desviación del IPC al 2,8% obliga a pagar 943 millones adicionales en pensiones

Las subidas de la energía y del vestido aceleran hasta el 2,8% la inflación en noviembre

Lucía Abellán

La inflación abandonó en noviembre la línea descendente que había mantenido los dos meses anteriores. El índice de precios al consumo (IPC) creció tres décimas con respecto a octubre, lo que sitúa la evolución del último año en el 2,8%, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra, dos décimas superior al mínimo de cuatro años logrado el mes anterior, obliga al Gobierno a desembolsar 943 millones de euros adicionales en pensiones (476 millones corresponden a una paga extraordinaria que se abonará en enero y 467 a la consolidación de la desviación en el aumento de las pensiones de 2004). La ley fija una compensación a los pensionistas por la diferencia entre el IPC previsto (2%) y el realmente registrado, que toma como referencia el dato de noviembre sobre noviembre anterior.

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La evolución mensual del IPC ha resultado peor que la del año pasado -una décima más-, pero mejor de lo que auguraba la mayoría de los expertos. También destaca la moderación del dato interanual, que ha bajado del 3,9% de hace un año al 2,8%. Las subidas de la energía y del vestido y el calzado constituyen los elementos que más han impulsado los precios al alza, junto con la vivienda y la enseñanza. Frente a esos factores, la caída de algunos precios ligados al turismo, al finalizar la temporada de vacaciones, y los alimentos frescos, que no variaron, han evitado que el incremento de noviembre fuese mayor. Sin alimentos frescos ni energía, los elementos más volátiles, la inflación subyacente se mantiene en el 2,6%, tras subir el 0,4% en el mes.

El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, ya venía anunciando en los últimos días que los precios de la energía lastrarían el IPC. Esto ha ocurrido principalmente por el efecto comparación con el año pasado. Los carburantes han aumentado cuatro décimas en el mes, frente al desplome del 3,6% que experimentaron en noviembre de 2002, el mayor del año. Y es que el petróleo rozaba los 29 dólares por barril de crudo brent, el de referencia internacional, a finales del mes pasado. Ese dato ha perjudicado a la inflación, a pesar de la ayuda que ha prestado la revalorización del euro, en máximos históricos frente al dólar, ya que el crudo se vende en la moneda estadounidense.

Más incidencia que la energía ha tenido el incremento de precios de vestido y calzado. La ropa ha aportado gran parte de las tres décimas que el IPC ha crecido en el mes. Desde que el INE contabiliza las rebajas en este indicador, las prendas de vestir se encarecen enormemente tras las rebajas, por lo que octubre y noviembre arrastran ese efecto. No obstante, los precios se han atemperado en 2003 con respecto a 2002, con rebajas más intensas e incrementos algo inferiores en temporada (2,3% interanual este año frente al 5,6% el pasado). La enseñanza, en cambio, resulta más inflacionista que el año pasado. Su tasa interanual avanza al 4,9%, siete décimas más que en noviembre de 2002.

Como contrapeso de estos elementos ha actuado el sector turístico. El capítulo ocio y cultura, que incluye los viajes organizados, cayó 1,1 puntos, y los precios de los hoteles, cafés y restaurantes descendieron una décima, aunque mantiene un vigoroso 4% interanual. Tras los excesos de 2002, los hoteles se han visto obligados a ajustar sus precios. También la buena salud del euro influye en esta bajada, ya que los paquetes turísticos para países ajenos a la zona euro resultan más baratos cuando se compran con la moneda única.

A pesar de que los alimentos frescos se mantuvieron invariables (en el año acumulan un 6,8%), algunos, como la carne de ave y la de porcino, experimentaron fuertes bajadas, con gran incidencia mensual. Al igual que en octubre, son los alimentos elaborados los que se desvían: han crecido dos décimas y alcanzan el 2,8% interanual. Al utilizar los frescos como materia prima, han recogido el testigo de las fuertes subidas que acusaron los frescos en verano.

El IPC armonizado, utilizado para comparar con Europa, sube al 2,9%, con lo que el diferencial, aún provisional, entre España y la zona euro asciende a siete décimas. Esa evolución hace prever al secretario de Estado de Economía que la brecha se mantendrá inferior a un punto a final de año.

La oposición y los sindicatos lamentan el coste que la desviación del IPC tiene para las arcas de la Seguridad Social. El responsable socialista de política económica, Jordi Sevilla, cree que el Gobierno "se equivoca en sus previsiones y no controla los precios". Para IU, el dato "evidencia que España tiene un serio problema para adaptarse a las condiciones monetarias del euro". UGT pide la intervención del Ejecutivo en los sectores más inflacionistas y CC OO destaca el perjuicio sobre las rentas más bajas. La patronal CEOE subraya la importante bajada del IPC con respecto a 2002.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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