La vuelta del puente fue más fluida que la salida

La experiencia de muchos conductores catalanes que se encontraron atrapados en las kilométricas colas de la operación salida del puente del pasado viernes sirvió para que ayer la vuelta fuera mucho más escalonada y fluida, aunque no por ello dejó de registrar importantes retenciones. Los problemas en la red viaria catalana ya empezaron a las 11.00 horas y se concentraron principalmente en las carreteras de acceso al Pirineo, debido a la masiva afluencia registrada en las estaciones de esquí catalanas durante todo el puente de la Constitución.

Por la mañana y hasta primeras horas de la tarde, la vía más afectada fue la C-16, con 25 kilómetros de retención en sentido sur entre Guardiola de Berguedà y Berga. A medida que avanzaba la tarde, sin embargo, las retenciones se trasladaron a la C-14 entre La Seu d'Urgell y Lleida.El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) informó ayer de que la operación retorno se desarrolló -dentro de lo posible debido a la brevedad del puente- de manera más escalonada que la salida y que el domingo por la tarde la circulación por el Eix del Llobregat -la C-16- era ya muy intensa.

La circulación para salir de Andorra fue muy complicada desde las 11.00. Las retenciones para llegar a la frontera española fueron constantes durante toda la jornada. Pasadas las 19.30, la C-14 presentaba dos kilómetros de retención en Organyà en sentido sur. En la C-17 hubo cinco kilómetros de cola a la altura de Les Masies de Voltregà, también en sentido sur.

La autopista A-7 sufrió importantes retenciones tanto en el tramo sur como en el norte y siempre en dirección a la capital catalana. Por otra parte, en la C-31, un accidente obligó a cortar el carril a la altura de Sant Adrià de Besòs, lo cual originó un kilómetro de retenciones. La N-II, entre Cervera y Santa Maria del Camí, volvió a convertirse en un tramo conflictivo justo donde la carretera todavía no es autovía.

Más de 80.000 esquiadores

La masiva afluencia de visitantes en el Pirineo de Lleida durante el puente representó unos ingresos considerables para el sector turístico, en especial para la hostelería y las estaciones de esquí. Por ellas pasaron más de 80.000 esquiadores durante los tres días, el 30% más que el año pasado, de acuerdo con datos facilitados ayer por el Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida.

Las previsiones se vieron superadas por la realidad. El buen tiempo y la abundancia de nieve en todos los complejos invernales consiguieron una ocupación plena en los hoteles de las zonas próximas a las pistas y del 95% en el resto. El Patronato de Turismo calcula que el impacto económico de las 80.000 personas que esquiaron en las estaciones leridanas -casi la mitad lo hicieron en Baqueira Beret- fue de unos 11 millones de euros, el 5% del negocio previsto para toda la temporada.

El director del patronato, Xavier Moncayo, explicó que el buen inicio de la campaña de esquí se debió a la suma de dos factores: la abundancia y calidad de la nieve y las óptimas condiciones meteorológicas. "Este ha sido uno de los mejores inicios de temporada que se recuerdan", añadió Moncayo.

Los hoteles andorranos tuvieron durante el puente una ocupación media del 85%, un porcentaje similar al del año pasado, informa Efe. Muchos hoteles de las parroquias estuvieron completos durante el sábado y el domingo. La ocupación media de los tres días de fiesta fue de 85%.

Buena marcha del comercio

Pero no todo el mundo decidió ir a esquiar. Quienes se quedaron en la ciudad salieron a la calle masivamente aprovechando que las tiendas abrieron ayer y el sábado. Ante el gran éxito de público registrado durante estos días, los comercios de Cataluña vaticinan para este año una buena campaña de ventas de Navidad y Reyes, informó ayer a Europa Press el secretario general de la Confederación del Comercio de Catalunya (CCC), Miguel Ángel Fraile.

Entre 10.000 y 12.000 comercios catalanes abrieron sus puertas ayer, coincidiendo con el día de la Purísima Concepción, y el pasado día 6, que se celebró el Día de la Constitución. Fraile explicó que en general el puente ha sido muy satisfactorio, aunque en un principio las perspectivas no eran muy buenas, ya que temían que los mensajes de recesión económica podrían afectar al consumo. En la ciudad de Barcelona trabajaron los comerciantes del centro urbano y los ubicados en ejes comerciales, así como las grandes superficies y los centros comerciales.