Los grupos armados palestinos fracasan en el pacto de una tregua
Hamás y otros radicales piden concesiones de Israel a cambio del cese de los ataques suicidas
Las 13 facciones laicas e islámicas palestinas no lograron ayer ponerse de acuerdo para proponer una tregua a Israel, que contemplaba el fin de los atentados terroristas contra la población civil. Después de cuatro días de negociaciones maratonianas a puerta cerrada en la sede de los servicios secretos egipcios, los representantes de las organizaciones se levantaron anoche de la mesa de negociaciones sin llegar a un pacto sobre el alto el fuego parcial.
Las discrepancias en las negociaciones de la tregua, que podría haber sido la segunda en seis meses, aparecieron en un último momento, cuando la práctica totalidad de las organizaciones se habían mostrado de acuerdo en decretar un alto en los atentados terroristas contra la población civil, al otro lado de la línea verde en el interior de Israel, sin que ello significara el cese de hostilidades contra el Ejército y los colonos. La formulación de esta propuesta provocó, sin embargo, importantes disensiones en el momento de ser redactada y elaborarse el comunicado final.
Mientras los sectores más duros, encabezados por las organizaciones fundamentalistas Hamás y Yihad Islámica, además del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Frente Popular Comando General y la milicia del grupo As Saiqa, estrechamente vinculada al régimen de Damasco, reivindicaban de Israel una serie de contrapartidas, para decretar el cese parcial de hostilidades; los moderados o pragmáticos, liderados por Al Fatah, propugnaban que de momento no se debían poner condiciones para conseguir lo antes posible la intervención y supervisión de una fuerza internacional sobre el terreno formada por contingentes de Estados Unidos, Rusia y Europa. Los sectores duros reclamaban a Israel entre otras contrapartidas la liberación de todos los presos palestinos, el fin de las incursiones y los asesinatos selectivos.
El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, y le jefe de los servicios secretos egipcios, el general Omar Suleimán, habían tratado en vano durante todo el domingo de convencer a los representantes de los diferentes grupos, para que aceptaran una declaración total de alto el fuego, al menos durante un año y sin ningún tipo de condiciones, alegando que ello favorecía el apoyo de la comunidad internacional y allanaría el camino de las negociaciones de paz. A última hora de ayer, Qurei regresó con las manos vacías a Ramala, mientras que el mediador egipcio intentaba en vano promover una última ronda de conversaciones. Los representantes de las diferentes facciones han acordado, a pesar del aparente fracaso de las negociaciones, volver a reunirse a lo largo de la semana próxima.
La marcha de estas negociaciones no parece complacer al Gobierno de Ariel Sharon, que anunció ayer a media tarde que en ningún caso Israel estaría dispuesto a aceptar una tregua parcial que, aunque supusiera el fin de los atentados suicidas contra la población civil, diera luz verde a los ataques contra los soldados y los colonos. El jefe del Gobierno israelí aseguró en un gesto de buena voluntad que estaría dispuesto a poner fin a sus ataques a los palestinos, si éstos hicieran lo mismo.
Mientras la esperanza de una tregua se diluye, se consolida la propuesta de paz del numero dos del Gobierno israelí, el viceprimer ministro Ehud Olmert, quien en unas declaraciones a la prensa este fin de semana, sugirió el repliegue unilateral del Ejército de los territorios palestinos, el desmantelamiento de un buen número de asentamientos, el establecimiento de unas fronteras definitivas y la declaración de un Estado de Palestina, bloqueando de esta manera la formación de un Estado judío, binacional, en el que la minoría palestina, por razones demográficas, podría acabar siendo la comunidad hegemónica.
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