Antonio Navarro convierte a los tres reyes magos en seres animados

Les ha pedido para este año que acaben las guerras. Y que la taquilla se anime un poco para poder seguir trabajando en el mundo de la animación en España. Antonio Navarro ha dirigido Los tres reyes magos, una producción que le ha costado ocho millones de euros a Animagic Studio y en la que mete en acción a Melchor, Gaspar y Baltasar para luchar contra Herodes, contra el curso de la historia y, claro, contra la poderosa maquinaria de Hollywood, que en Navidad arrasa con sus productos de animación, sobre todo si vienen de Disney o de Dreamworks.

Su lucha no va a limitarse a España. "La hemos hecho originalmente en inglés -se titula The three wise men y parte de que la acción tiene lugar en Nueva York, para robarle mercado a Santa Claus- con lo que intentaremos acceder al público más universal", asegura Navarro, un curtido mago de la industria animada de 43 años que correteó por Los Ángeles hasta hace tres años y estuvo en Disney, donde trabajó en las producciones de Hércules, Tarzán, Fantasía 2000 y El emperador y sus locuras.

Llegar de aquella maquinaria a trabajar en la minúscula trama de la animación española es un cambio, desde luego. Para mejor y para peor. "Allí tienes muchos más medios y más dinero. Hay que tener en cuenta que el presupuesto de Los tres reyes magos es elevado para cualquier película española normal, pero es diez veces menor que cualquier producción estadounidense de este tipo", asegura Navarro. Ésas son las desventajas. ¿Las ventajas? Agilidad, rapidez, toma de decisiones vertiginosa. "Para cambiar algo en una superproducción hay que contar con muchos permisos. Aquí no, tenemos mucha más libertad para hacer lo que consideramos oportuno en cada momento, sobre la marcha", afirma el director.

Cree que en la historia española hay personajes a explotar para el cine infantil. De hecho, las más de 200 copias que sacarán a las salas de cine no sólo van a tener que competir con Buscando a Nemo o los Lonney Tunes, sino que además lo van a hacer con El Cid, que se estrena el 19 de diciembre también. "Eso no es culpa mía", se excusa. "Pero sí, nuestra cultura está llena de mitos a explorar para la animación", asegura.

Arma doctrinaria

Parece que algunos van cayendo en la cuenta de que los dibujos animados son un arma segura para introducir doctrina y defender culturas, aparte de un negocio bien apetitoso. "Los dibujos tienen mucha capacidad de adoctrinamiento, crean opinión, gustos, estéticas. El público infantil es muy receptivo, y por eso hay que tratarle con delicadeza. Debemos ser muy cuidadosos para no rozar temas peligrosos", advierte el director.

Por eso en Los tres reyes magos se han limitado a tocar temas muy generales. "La eterna lucha entre el bien y el mal. Los personajes transmiten enseñanzas y comportamientos muy generales, contra la arrogancia, a favor de la expresión pura de los sentimientos, cosas así", dice Navarro. Empieza en Judea, días antes del nacimiento del Mesías. Herodes domina de forma tiránica y los Reyes Magos (Melchor, un mago que descontrola sus poderes; Gaspar, un sabio astrónomo entre aristócrata y sentimental, y Baltasar, un nubio cachas con aspecto de jugador de la NBA) deben dejar clara la supremacía del nuevo rey que va a llegar.