España acoge ya a 2,5 millones de inmigrantes
El padrón de 2003 eleva a 42,6 millones la cifra total de habitantes, 800.000 más que el de 2002
La presidenta del Instituto Nacional de Estadística (INE), Carmen Alcaide, adelantó ayer que ya existen más de dos millones y medio de extranjeros empadronados en España. El dato procede del padrón municipal a 1 de enero de 2003. El Gobierno aprobará próximamente la cifra total de personas empadronadas, que se convertirá en el dato oficial de población.
Según la responsable del INE, entre el 1 de enero de 2002 y la misma fecha de 2003 la población española ha ganado más de 800.000 habitantes. El aumento es superior al registrado entre 2001 y 2002 (721.000 personas más). Con este incremento la cifra de población se elevaría desde los 41.837.894 habitantes del 1 de enero de 2002 a más de 42,6 millones al comenzar 2003. Las nuevas cifras ya han pasado el filtro del consejo de empadronamiento, encargado de depurarlas.
El notable aumento de la población se debe en su mayor parte a la presencia de extranjeros, sobre todo de inmigrantes económicos. Ya suponen en torno al 5,9% del total de habitantes. Según los datos oficiales de población, al iniciarse 2002 los ciudadanos extranjeros ascendían a 1.977.944 (el 4,7% de la población). Dado que ahora son dos millones y medio, el aumento de la población foránea habría superado ampliamente las 600.000 personas en un año. Entre 2001 y 2002 los empadronados extranjeros crecieron en 607.287. Todo indica que el último aumento ha sido superior.
Según la presidenta del INE, la cifra de extranjeros empadronados es un dato "bastante aproximado" a la realidad. Quedan excluidos los inmigrantes que no se hayan empadronado y los que hayan abandonado el territorio sin comunicar la baja padronal. También se han depurado al máximo los datos municipales para evitar el doble empadronamiento, explicó Alcaide a EL PAÍS. También recordó que el alta en el padrón concede automáticamente derecho a la sanidad y a la escolaridad. De ahí que los extranjeros tiendan a registrarse en el municipio donde residen.
La responsable del INE adelantó el dato de la población inmigrante al presentar, ayer por la mañana, el volumen La sociedad española tras 25 años de Constitución, elaborado por el organismo estadístico para medir los cambios operados en ese periodo. Resaltó que uno de las grandes novedades ocurridas desde que se aprobó la Constitución, en 1978, es que España ha pasado de ser un país de emigrantes, exportador de mano de obra, a convertirse en uno que recibe inmigrantes.
Hace 25 años, unos dos millones de españoles residían en el extranjero, según el INE. Se repartían entre Latinoamérica (punto principal de emigración hasta los años 50) y Europa (a partir de la década de los 60). Entre 1981 y 2001 habían regresado 646.094 emigrantes. La mayoría volvía de Europa, adonde habían marchado tras la puesta en marcha del Plan de Estabilización de 1959 que provocó un gran éxodo de mano de obra y sentó las bases para iniciar la modernización económica.
Las migraciones en el interior de España también han sido fuertes en el periodo estudiado. Entre 1976 y 2000 casi 14 millones de personas han cambiado de lugar de residencia. En los últimos años la movilidad ha sido sobre todo dentro de las propias provincias, en detrimento de las migraciones fuera de la provincia y de la comunidad autónoma. El éxodo rural se ha reducido y las ciudades de tamaño medio se han convertido en destino preferente. En cambio, las grandes urbes y las capitales de provincia tienden a perder habitantes.
En la inmigración se ha producido un gran salto. En 1975, año en que murió el dictador Franco, residían en España 165.039 extranjeros (en buena medida rentistas europeos). Esta cifra "tarda 20 años" en crecer hasta el medio millón, según el estudio del INE. Después se acelera el proceso y cambia, también, el tipo de inmigrante, que será sobre todo económico y procedente de Latinoamérica y Marruecos.Los extranjeros empleados han pasado de suponer el 0,3% al 2,3%. Se han instalado sobre todo en grandes núcleos urbanos, pese a excepciones como el campo murciano. La llegada de inmigrantes ha rejuvenecido la población, "tanto por su corta edad como por sus altas tasas de natalidad", según el trabajo del INE.
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