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DECLARACIONES DEL JEFE MILITAR DE EE UU QUE INVESTIGA LA MUERTE DE LOS AGENTES | LA PRESENCIA DE LAS TROPAS ESPAÑOLAS EN IRAK

"Los terroristas no esperaban matar españoles, buscaban un blanco fácil y vulnerable"

Miguel González

El teniente coronel Pete Johnson, jefe del batallón de la 82ª División Aerotransportable desplegado en Mahmudiya (Irak), responsable de investigar la muerte de los siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia, no comparte la teoría de la conspiración apuntada por el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa. No cree que los terroristas, como él los llama, conocieran la condición de espías de sus víctimas, ni que fuesen a por españoles. De manera más simple, piensa que fueron un objetivo de oportunidad: "Un blanco vulnerable y fácil".

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"Puedo decirlo con claridad: no esperaban [matar] españoles, estaban buscando un blanco vulnerable y fácil, como los contratistas que cruzan por la zona en el mismo tipo de vehículo, con ropas civiles, sin armamento aparente, sin la disuasión que presenta habitualmente una fuerza militar: soldados con las armas preparadas, listos para luchar". El pasado 17 de noviembre, recuerda Johnson, exactamente en el mismo sitio, la aldea de Latifiya, se produjo una emboscada igual. Cuatro ocupantes de un convoy de la empresa de seguridad Global Security fueron heridos.

Johnson, de 40 años, no es sólo la máxima autoridad militar en la zona, sino el responsable de la investigación de la muerte de los españoles, en manos de la policía militar de EE UU. Fue el primero en hablar con el único superviviente, José Manuel Sánchez Riera, a quien, según explica, un coche de la policía iraquí rescató de una turba que intentaba lincharle. "Estaba levemente herido y fuertemente conmocionado", recuerda.

Según su relato, la primera noticia del ataque llegó a las fuerzas estadounidenses a las 16.45 horas del sábado, una hora después de haberse iniciado. Un policía iraquí se acercó al puesto de guardia de la base, a 10 kilómetros del lugar de la emboscada, para comunicar que en Latifiya había una manifestación de unas 200 personas y que podía haber algún muerto, posiblemente un periodista o un empresario. "Movilicé una fuerza, una compañía disminuida con 15 vehículos, porque aquí no se permiten manifestaciones no autorizadas", explica.

La columna militar llegó a la zona a las 19.50, tras recoger policías locales en Mahmudiya. Para entonces, era noche cerrada. "Ya no había gente. Sólo los cadáveres de los soldados

[el teniente coronel se refiere siempre a los españoles como militares] y los coches humeantes. Nada permitía identificarlos como españoles. Pensamos que eran contratistas de los que trabajan para la coalición".

Un rescatado

Entonces supo que se trataba de un ataque y la policía iraquí le informó de que uno de los ocupantes de la caravana había sido rescatado. El superviviente, afirma, intentó escapar deteniendo los vehículos que circulaban por la carretera, pero todos le esquivaban. Finalmente, pasó un coche de policía iraquí, que lo rescató de una multitud armada con palos. Lo condujo a la comisaría de Latifiya, pero no se sentía seguro allí, por lo que se ocultó en el suelo de otro vehículo policial y regresó a Mahmudiya, atravesando la zona del ataque.

De la investigación realizada hasta ahora, el teniente coronel Johnson concluye que un coche blanco abrió fuego contra el primer todoterreno español mientras lo rebasaba por la izquierda. La ráfaga hirió gravemente al conductor, por lo que el vehículo se salió de la carretera y cayó a un barrizal. El segundo vehículo español se detuvo entonces y empezaron a dispararle desde una trinchera situada al lado derecho de la vía,donde se han recogido numerosos casquillos de Kaláshnikov.

"Dos ocupantes del primer vehículo estaban malheridos, si no muertos. Igual que otros dos del segundo", explica. "El superviviente intentó utilizar su teléfono Thuraya [vía satélite] pero no lo logró. Al menos tres españoles lucharon hasta que se les agotó la munición". Estima que el tiroteo duró entre 30 y 45 minutos. No le consta, aunque tampoco descarta, que los agresores tuvieran un segundo coche, o que emplearan más armas que los fusiles AK-47.

¿Por qué no acudieron los agentes iraquíes, cuya comisaría se encuentra a sólo un kilómetro? "La policía local", justifica, "carece de armas pesadas y lo que sonaba fuera debía ser muy fuerte". Reconoce que si los españoles hubieran llevado un vehículo militar, con equipos de comunicaciones enlazados con el mando de la coalición, sus fuerzas habrían podido acudir antes, "aunque probablemente demasiado tarde".

El lugar de la emboscada está "técnicamente" muy bien elegido. "Se trata de una recta, por lo que hay muy buena observación, lo que permitió a los terroristas ver desde lejos el objetivo y prepararse. Hay un amplio campo de tiro y las casas quedan detrás, lo que reduce el riesgo de daños colaterales".

Johnson sospecha que algunos de los terroristas son de la zona, donde Sadam tiene importantes apoyos. Aún no ha detenido a nadie. Las indagaciones realizadas en los hospitales cercanos, por si algún agresor resultó alcanzado, no han tenido éxito. El único herido de bala que encontraron contaba con una sólida coartada.

"Ha sido una tragedia. Hubiera querido que no ocurriera, pero tiene algo positivo. La parte buena de la historia es que la policía iraquí fuera allí, rescatara al soldado español, lo tomara bajo su protección y viniera a avisarnos, nos llevara al lugar de los hechos y nos ayudara a afrontar la situación", explica. "Esta cooperación es muy importante. Desgraciadamente, no pudimos llegar a tiempo para salvar al resto de los españoles".

El teniente coronel Pete Johnson, ayer, en su despacho.
El teniente coronel Pete Johnson, ayer, en su despacho.M. G.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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