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CLÁSICOS DEL SIGLO XX (2)

Entre la palabra y el pensamiento

Luis Martín-Santos nació en Larache el 11 de noviembre de 1924. Su padre era médico militar en la ciudad norteafricana, que todavía pertenecía al protectorado español de Marruecos. Con cinco años se trasladó a San Sebastián, donde transcurrió la mayor parte de su vida. Estudió Medicina en Salamanca y se doctoró como psiquiatra en Madrid, lo que le permitió trabar relación con especialistas como López Ibor, Castilla del Pino y Laín Entralgo. También frecuentó la tertulia literaria del Café Gijón junto a Juan Benet, Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa y otros miembros destacados de la generación de novelistas de la posguerra. Martín-Santos, sin embargo, se interesó primero por la poesía. En 1945 publicó Grana gris, una colección de poemas.

A finales de la década de los cuarenta trabajó en el Centro Superior de Investigaciones Científicas y luego amplió estudios en Alemania. De regreso a España, obtuvo por oposición el puesto de director del Sanatorio Psiquiátrico de San Sebastián. El escritor se integró en la vida cultural donostiarra, participando a partir de entonces en la Asociación Artística de Guipúzcoa y en las actividades de la Academia Errante, un foro intelectual que buscaba nuevas vías de expresión a pesar del rígido marco de la dictadura franquista. También fue militante del Partido Socialista Obrero Español en la clandestinidad, lo que le ocasionó tres detenciones.

Éxito y tragedia

En 1955 publicó Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo mental, ensayo en el que defiende una aproximación integral a los pacientes. Siete años más tarde, en 1962, apareció Tiempo de silencio, primera novela de una trilogía que no pudo llegar a terminar. El libro provocó una conmoción en el panorama literario español y marcó la ruptura con la narrativa realista entonces vigente, convirtiendo a su autor en un referente de la novela más vanguardista.

El final de su vida fue trágico. Su mujer, Rocío, falleció en 1963 después de 10 años de matrimonio, a consecuencia de un escape de gas. Meses más tarde, el 21 de enero de 1964, el escritor murió en un accidente de tráfico durante un trayecto entre San Sebastián y Vitoria. Tenía 39 años. Ese mismo año se publicó Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial. También aparecieron como obras póstumas una serie de textos misceláneos publicados bajo el título de Apólogos, y su novela inacabada, Tiempo de destrucción.

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