Blair y Chirac dan un nuevo impulso al proyecto de defensa europea compatible con la Alianza Atlántica

Tony Blair y Jacques Chirac hicieron ayer educadamente las paces tras un año de enfrentamientos que llegaron a afectar públicamente a su relación personal. Ayer sellaron la paz en Londres firmando un nuevo documento de impulso a la política de defensa europea y anunciando que la celebración, el año que viene, del primer centenario de la llamada Entente Cordiale se hará por todo lo alto. La reina Isabel visitará Francia y el presidente de la República visitará el Reino Unido.

"Las ceremonias de la Entente Cordiale tienen que convertirse en el año de la confianza cordial", declaró Chirac en la rueda de prensa posterior a la cumbre franco-británica, la primera que se celebra desde la guerra de Irak.

"No imagino una Europa en la que Inglaterra no tenga un lugar eminente", dijo también Chirac en un intento de restar dramatismo a la creciente alianza entre franceses y alemanes. Primer ministro y presidente no pararon de sonreír y Chirac hizo saber repetidamente la "enorme ilusión" que le había producido el regalo de Tony: una foto dedicada de su hijo de muy pocos años, Leo. Era su manera de dar por enterradas las rencillas del pasado, que les llevaron a tirarse los trastos a la cabeza en la mesa del Consejo Europeo.

Y lo demostraron también haciendo un canto al pragmatismo, no exento de gran simbolismo, de dar un nuevo impulso, pequeño pero impulso al fin, al proyecto de defensa europea. En el documento proponen una nueva iniciativa en la que la Unión Europea se fijará el objetivo de desarrollar sus capacidades de reacción rápida para intensificar su capacidad de apoyar las misiones de apoyo a Naciones Unidas en situaciones de crisis. Y se comprometen a "seguir trabajando juntos en el desarrollo de las capacidades militares de la UE, incluyendo el desarrollo de futuros objetivos de capacidades".

Ante una prensa británica siempre escéptica ante todo lo que se parezca a crear un ejército europeo que pueda algún día competir con la OTAN, ambos líderes reafirmaron su compromiso con la Alianza. "Francia no tiene problemas con la OTAN. La defensa europea en ninguna forma es contradictoria con la OTAN", insistió el presidente de la República.

Jacques Chirac lanzó un dardo a Estados Unidos sobre la situación en Irak. "La situación no es fácil, es verdad", dijo. Al referirse a "las decisiones que parecen tomar los americanos, una orientación hacia una transferencia de soberanía", dijo: "Me parece que se ha previsto un periodo de tiempo largo y me parece que es relativamente incompleto el papel que se ha reservado a Naciones Unidas. No es lo bastante preciso como para que los iraquíes lo acepten", dijo.