El universitario más laureado
Un estudiante de 23 años gana simultáneamente dos premios de fin de carrera al mejor expediente académico
Con su fallecimiento a los 102 años, el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer demostró que la gimnasia intelectual ayuda a vivir más y mejor, así que a Carles Ayxelà le espera, probablemente, una larga vida. Este licenciado en Periodismo y Humanidades ha sido galardonado simultáneamente con dos primeros premios fin de carrera por sus dos brillantísimos expedientes, de los que ha sacado una nota media de 9,26 y 9,18, respectivamente.
Con sólo media docena de notables en unas cartillas donde relucen las matrículas de honor y los sobresalientes, Ayxelà estudió las dos licenciaturas a la vez en la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), mientras además era director de la revista universitaria Nova Diagonal y escribía relatos y cuentos para una publicación de este centro privado. Ahora, con 23 años, ya ha finalizado los cursos de doctorado de Filosofía sobre Gadamer, discípulo de Heidegger, y prepara su tesis, que espera finalizar en junio del próximo año. Pero además de la investigación, está sumergiéndose en el idioma alemán para leer directamente los escritos del padre de la hermenéutica. Eso sí, sin prisas y con un propio estilo de estudio: "Aprendo por la calle, consultando y memorizando un libro de gramática mientras paseo, o con un walkman y unos casetes viejos de alemán que ya utilizó mi padre cuando era joven".
Mientras se prepara para el futuro, Ayxelà recuerda los últimos años pasados en la universidad y su vaivén de clases, apuntes y exámenes. "Estudiar dos carreras a la vez es algo esquizofrénico, pero a mí lo que de verdad me interesa son las humanidades, y la filosofía en particular. Me apunté a periodismo como formación complementaria para aprender las herramientas de la escritura y la divulgación", señala. Lejos de la idea del filósofo en su torre de marfil, este barcelonés oriundo de Girona admira a figuras como Fernando Savater o José Antonio Marina por su empeño en compartir y contrastar su sabiduría con los ciudadanos de a pie. Le gustaría pasar su vida en la universidad como profesor e investigador y bulle en ideas sobre cómo debe ser el futuro funcionamiento de estos centros: "Hay que potenciar el espíritu de servicio del profesorado y darle el protagonismo al alumno", señala convencido, y añade que "el docente debe encargarse de abrir las vías de conocimiento y transformar al estudiante en un productor de información, y no en un mero receptor".
Trabajo, trabajo, trabajo. Con un horario académico de ocho horas diarias, para Ayxelà el secreto de su éxito es tomarse los estudios como una actividad laboral más, hasta el punto de que ha podido costearse sus dos carreras gracias a sus excelentes notas. Y así seguirá, ya que con cada uno de los premios de Educación, que se entregan el próximo 28 de noviembre, se embolsará 2.700 euros. Este tímido con una gran seguridad en sí mismo confiesa sus dudas a la hora de decidir la que será su profesión: hizo Ciencias en BUP y COU, y llegó a inscribirse en Arquitectura, "pero vi que era demasiado específico, mientras que Humanidades, en cambio, te abre a todos los campos del saber, te da una capacidad de relacionar y amplia visión sobre lo que es la vida". De su familia ha heredado un espíritu pragmático -su padre, su abuelo y bisabuelo fueron ingenieros-, y el concepto del tiempo es que el más le interesa en filosofía.
Mientras prepara la tesis y colabora como promotor de la UIC entre estudiantes de secundaria, Ayxelà tiene en mente la posibilidad de estudiar en alguna universidad alemana "porque hay que moverse y porque es bueno pensar el mundo en otros lados", explica.
De momento, y mientras espera su encuentro con el Ministerio de Educación para que le entregue su doble galardón, Ayxelà tiene otra cita que le interesa tanto o más: un congreso internacional que se celebrará en Granada a principios de diciembre sobre la figura de Gadamer. Va a escuchar, pero también a exponer: allí será con toda seguridad el miembro más joven que presentará una ponencia -titulada La hermenéutica como cambio de paradigma-, fruto de sus propias investigaciones.
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