Análisis y propuestas

El apartado sobre economía del documento sobre la segunda modernización parte del análisis de que Andalucía ha salido de una situación de subdesarrollo en los últimos 20 años. Hecha esta consideración los miembros del Consejo Asesor proponen, entre otras, las siguientes líneas de actuación.

- Las cifras. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre 2001 y 2002 se crearon algo más de 14.000 empresas en Andalucía de sectores no agrarios, lo que implica un porcentaje de variación del 3,7% por encima de la media nacional (2,46%), cifra sólo superada por Cataluña. Del total de empresas creadas, sólo 709 son del sector industrial, frente a 8.675 de servicios, 3.073 de la construcción y 1.759 de comercio. Este reparto responde a la especialización de la economía andaluza, donde el sector servicios, incluyendo comercio, representa el 82,7% del total de las empresas no agrarias, frente a sólo el 7,92% del sector industrial, porcentaje que en Cataluña alcanza el 10,8% y el 9,1% en España. Andalucía tiene el 14,7% de todas las empresas españolas, tras la comunidad catalana, que posee el 19,01%. Este peso es relevante, aseguran los redactores del documento, pero aún está lejos del peso poblacional y territorial de la región, aunque es similar a la contribución que aporta Andalucía al PIB nacional.

- El fomento empresarial. Los autores del texto aseguran que la política de fomento empresarial no debe concebirse como una política de protección social. No se trata, afirman, de subvencionar genéricamente, sino de favorecer la acumulación de capital para la inversión a cualquier ciudadano o emprendedor potencial. Incluso la reducción de la presión fiscal sería una apuesta más por la inversión productiva privada. El Consejo Asesor también aboga por la reconsideración de partidas de gasto poco eficientes económicamente, que podría liberar recursos para la inversión, especialmente en I+D, y para incentivar a los emprendedores más innovadores. La política de fomento empresarial también exige un cambio cultural ya que la consideración de los empresarios como explotadores o especuladores no se combate con discursos, sino con un marco institucional en el que no se faciliten estos comportamientos potenciales.

- El papel de la Administración. Los autores del documento sobre la segunda modernización proponen una reforma profunda de la Administración para, al menos, eliminar incertidumbres tanto en lo que se refiere al cumplimiento de sus programas como a la continuidad en el tiempo de las políticas o los pagos de suministros e incentivos; hacer transparentes sus actuaciones, que debe afectar tanto a los proyectos de política de desarrollo económico como a los criterios de intervención o los resultados de la aplicación; y simplificarla administrativamente e incorporar a personas cada vez con un más alto nivel de profesionalidad y con la formación adecuada.