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Entrevista:FRANCISCO FERRARO | Catedrático de Economía Aplicada | EL DEBATE DE LA SEGUNDA MODERNIZACIÓN | La economía

"Aquí parece que cuanto más se gasta mejor se gobierna"

Lourdes Lucio

Francisco Ferraro (Sevilla, 1949) es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Fue el ponente del apartado de economía en la presentación del documento de la segunda modernización.

Pregunta. Dicen que Andalucía ha salido del subdesarrollo, pero que no se produce una convergencia real con las regiones del entorno, ¿por qué?

Respuesta. La palabra convergencia se está vulgarizando. En economía es la tendencia de países y regiones a aproximarse a los estándares de mayor desarrollo de otras que se toman como referencia en el largo plazo. Hablar de convergencia en el último año es impropio. Se puede decir si ha crecido más o menos. En Andalucía lo que se percibe es que en largo plazo ni convergemos ni divergemos, depende de cuándo tomes el año inicial, de la fuente estadística utilizada y de si se mide en términos de PIB per cápita o de otras variables, como en ocasiones lo ha hecho el Gobierno andaluz... En economía, se mide en PIB per cápita.

"Las empresas están para producir. No son instituciones de caridad"
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P. ¿Por qué cree que lo mide de una forma distinta?

R. Porque los resultados son mejores.

P. ¿Y es correcto?

R. Como se mide normalmente en el mundo de la investigación y en el mundo de los análisis económicos es en término de PIB por habitante porque lo razonable no es sólo cuánto crecemos, sino cuánto crecemos en relación a cuántos somos; es decir, cuánto nos toca a cada uno. A veces aquí se hace en términos del PIB o en términos de empleo, pero los empleos pueden ser ineficientes. Medir la convergencia en términos de empleo no constituye un parámetro riguroso porque los contenidos en empleo son muy diferentes de que haya una persona empleada en tareas muy elementales, con baja cualificación o que el empleo esté basado en una elevadísima cualificación.

P. ¿Y por qué no se ha crecido mas?

R. Porque los factores que posibilitan el crecimiento de la producción no son suficientemente cualificados. ¿Cuáles son esos factores? Por una parte la inversión en capital productivo, industrias, instalaciones... Esa inversión es escasa en Andalucía porque hay poco ahorro y, sobre todo, porque no hay suficientemente buenos proyectos de inversión. El otro factor central es la capacidad humana, la formación. Es un tópico decir que tenemos una mejor formación que en el pasado, pues es lo lógico y común en cualquier lugar. Pero una cosa es la educación generalizada, es decir, que cada vez hay menos analfabetos y más graduados y otra, que los contenidos y calidad sean los adecuados, existiendo carencias notables desde la perspectiva de las necesidades del sistema productivo. Y el tercer factor es la limitada capacidad empresarial.

P. Llama la atención que 8 de cada 10 universitarios quiera ser funcionario.

R. Eso se deriva de la cultura colectiva. En una sociedad como la nuestra donde el protagonismo del sector público es tan extraordinariamente elevado y donde los empresarios no están bien valorados es lógico que la gente quiera ser aquello que proporciona estabilidad y está socialmente reconocido.

P. Dicen que no hay que ayudar a empresarios en apuros. ¿Por qué?

R. ¿Las empresas para qué están? Para producir, para ofrecer bienes y servicios al mercado. Las empresas no son instituciones de caridad. Y para producir para el mercado hay que hacerlo con competitividad, con eficacia, con eficiencia, con innovación, con tecnología... Ésas son las funciones de las empresas y a las empresas lo que tenemos que pedirles es que hagan eficientemente sus funciones e incentivar a las más capaces, que serán las que generen más beneficios a la sociedad a medio plazo. Desde luego, a los poderes públicos también le corresponden realizar políticas sociales, pero éstas no se hacen a través de las empresas deficitarias, sino a través de otras múltiples instituciones sociales. Pero eso no le compete a las empresas.

P. ¿Los gobiernos están en disposición de asumir ese coste?

R. Eso es un asunto estrictamente político, pero no de racionalidad económica. Otra cosa es que los políticos, para su reproducción, hacen cosas que a lo mejor no son muy racionales, pero que socialmente son demandadas y, por tanto, rentables políticamente.

P. Apuestan por reasignar las partidas de gastos menos eficientes, ¿cuáles?

R. No lo hemos concretado. Lo que indicamos es que las partidas que sean menos eficientes deberían ir reduciéndose. En esta región parece que cuanto más se gasta mejor se gobierna, más nos desarrollamos y somos una sociedad más avanzada. Sin embargo, el exceso del gasto público, en términos absolutos o en relación con la actividad privada, genera disfunciones y puede inhibir a la iniciativa privada. El asunto no está en aumentar el gasto público, sino en hacerlo más eficiente y, posiblemente, en disminuirlo.

P. En el documento laten dos pulsos en el terreno económico, uno más liberal y otro más socialdemócrata. ¿Ha sido difícil combinarlos?

R. Sí. Algunos estamos más contentos con algunas partes, con otros menos... En el Consejo Asesor había personas con sensibilidades muy diferentes. Lo fácil es etiquetarlas. Las cosas son más ricas en la realidad. A mí me ha tocado probablemente poner el énfasis en la necesidad de liberar las energías privadas y restringir la omnipresencia de lo público, y enfatizar en los asuntos que creo centrales para la modernización de Andalucía, pues creo que el documento contiene muchas cosas que podrían ser prescindibles.

P. ¿Como cuáles?

R. En una estrategia de desarrollo de la sociedad del conocimiento lo importante son los asuntos relacionados con la economía, la investigación, el uso de las nuevas tecnologías, la reforma de la Administración pública y con la formación. Lo demás...

P. ¿Lo hubiera dejado al margen?

R. Creo que sí, aunque esté de acuerdo con lo que se puede decir de las cuestiones de género, de medio ambiente, de exclusión social, pero... como si hubiéramos incluido temas de salud, infraestructuras terrestres... Pero no es algo central con lo que se pretende.

P. No se habla de las mujeres en todas las partes del documento. No hay horizontalidad.

R. Ni de economía, que es horizontal y tampoco está en todos los capítulos.

P. ¿Es necesario modificar el Estatuto de Autonomía a raíz de las propuestas que han hecho?

R. La reforma del Estatuto me parece una polémica artificial. Es un entretenimiento. No se deriva del documento.

P. ¿Cuál cree que va a ser el recorrido del documento tanto por parte del Gobierno como por los partidos de la oposición?

R. Me gustaría muchísimo equivocarme, pero no creo que vaya a ser asumido en su totalidad. Espero y estoy convencido de que parte de sus contenidos irán al programa electoral del partido socialista y, si gana las elecciones, aplicará algunos de sus contenidos. A los partidos de la oposición este documento les incomoda porque no han tenido protagonismo en él, pueden entender que su contenido es aceptable pero tampoco lo pueden decir en voz alta. Lo tendrán como referencia para ver en qué medida no se hace lo que en él se propone.

P. Cuando dice que le gustaría equivocarse...

R. Porque me gustaría que se aplicase entero. Ojalá todos los partidos lo incorporaran en sus programas, pero lo dudo.

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